viernes, 27 de enero de 2012

Comentario

Quiero decir algo: no sé porqué algunas personas cambian por una licencia para ejercer una profesión. Ellos creen que graduarse de una universidad los hace superiores, mejores, diferentes.  

Pienso, no sé la realidad de otros países, que en Guatemala, donde sólo el 3% tiene acceso a educación superior, ser parte de ese reducido número nos acompleja (me incluyo por cortesía); usualmente la gente quiere ser parte de un "acto de graduación" (que no es sinónimo de calidad profesional) para sacarse fotos, para dizque quedar bien con la familia. Y se sienten bien porque en SU familia, son los primeros, los únicos, en graduarse de una universidad.

En serio creen que eso es tan importante?
La razón por la que decidí estudiar en la universidad, que es un medio y no un fin, fue porque habían conocimientos que contribuían a emprender aquello en lo que siento un peso pasional en mi corazón por realizar y desde donde puedo servir a mi generación.
En la calle van muchos conductores con una licencia, pero que no lo hacen bien y estropean el tráfico.  En la calle van muchos con licencias profesionales para ejercer alguna profesión, pero que no lo hacen bien y estropean al mundo.

La realidad es que la solidaridad, compartir con los demás el conocimiento, dejar de jactarse por algo que que no es motivo de tal cosa, eso es lo que suma. 
Mi país necesita gente que decida tenderle la mano al que está abajo y ayudarle a subir.  La estupidez consigue que haya quienes piensan que a ellos les costó y eso debe costarle a los demás.  La estupidez hace creer que el que tiene el capital debe, puede, y está bien que lo haga, cuando gana más que el que le genera la ganancia.  La estupidez nos hace ver vitrinas con la moda de Milán y Paris, cuando nuestra economía apenas alcanza para la sobrevivencia y nos hace sentir bien con nosotros mismos cuando tomamos vacaciones o recibimos algún bono extra que nos satisface un "gustito".

Es una tontería pensar que vivir así es vivir.
Algunos dicen que está bien vivir y dejar vivir; que pueden vivir su vida como quieran, SIEMPRE Y CUANDO, no afecten a los demás.

Es que no se dan cuenta de que los afectados son ellos.
Mujeres que odian a toda la raza humana masculina.  Hombres que se aprovechan de ellas.  Mujeres que piensan que ser independientes económicamente (además de no tener novio) es sinónimo de feminismo; hombres que creen que las mujeres son objetos para satisfacción sexual y que ellas están obligadas a complacerlos a toda costa, porque ellas: son mujeres.
La cosa cambia cuando cambio yo.  Yo hago cambiar la situación.
La única manera de recibir (en cualesquiera de los órdenes de la vida, mis queridos) es dando primero.  Suena ilógico, irracional, a error matemático, pero así funciona.
Quiero amor, debo darlo.  Quiero compasión, debo darla.  No creo en esperar a ver si me dan para dar; y no lo creo porque el hombre más grande que ha pisado este planeta, DIO.  Y es un buen ejemplo a seguir, a mí me ha funcionado.

Ya. Descansen.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario