¿Por qué escribo este blog?

Por cualquier excusa.

La razón de escribir este blog es por cualquier cosa.

Para escribir, sólo necesito una excusa.  Las primeras excusas de mi vida trato de plasmarlas en este espacio.

Periodista, comunicador social, inquieto, serio, desesperantemente necio, creativo, inteligente (por demás), romántico (medio cursilesco), frío (despiadado), escritor, amigo, crítico (del cine, del teatro, de la realidad social), turista y con el salvoconducto de reírme de mí mismo.  Quizás esas palabras me describen. Pero indudablemente si algo me interesa es que al final de mis días, las personas, todas, las que me conocieron mucho o poco hayan recibido algo de mí, que les haya bendecido de algún modo.  Servir a mi generación es mi meta.

Cumplir un sueño divino para mí.

La religión me asusta.  Amo a Dios.

Escribo por el placer de hacerlo.

Escribo porque me gusta decirle a alguien que la amo con toda mi alma con palabras escritas.

Escribo porque desde que empecé a hacerlo, sin precisión de quiénes ni cuántas personas me leerían (nunca pensé que tendría tantos lectores como ahora) tenía la idea (ilusión) de que al hacerlo, la mujer a quien dedico gran parte de mis letras encontraría el modo de estar conmigo.  Nunca le dije que escribía, nunca le dije cómo encontrar el blog, jamás tuve ninguna intención.  Sólo quería escribir, sólo quería que este espacio fuera aquello que no le digo con palabras y que intento transmitir cuando la veo.

Escribo porque siempre imaginé que ella, de algún modo, hallaría la forma de encontrarme y de enamorarse de mí, antes de morir.