miércoles, 13 de junio de 2012

Nunca te he visto, no sé si existes.

Me emociona la idea de conocerte, algún día, quizás, no tengo prisas, aunque admito que hay momentos en los que desearía con todo mi corazón tenerte cerca, sólo para darte un abrazo, ver las estrellas y planear lo que haremos el fin de semana juntos.

No te conozco, pero ansío el día, si es que llega, en que pueda verte frente a mí, deleitar una de tus sonrisas que son capaces de derretir a cualquier simple mortal.  En realidad, creo que exagero un poco, pues nunca te he visto, pero imagino lo que ha de ocurrirle a las personas que disfrutan ante sí de tus sonrisas.

Mira al techo antes de dormir, sonríe por la vida, disfruta del momento.  Debes saber, espero, que en cualquier parte estoy yo pensando también en poder simplemente verte.  Es una extraña obsesión que seguro acabará al satisfacerla.

Es uno de esos placeres que la vida nos permite darnos.

Ilusióname, por favor.
Hazme sonreír diferente, mejor, de otra manera.

No sé si te veré o si existes.

P. D.  Pensándolo bien, quizás sí te conozco y sí te he visto.  Pensándolo bien eres la misma de siempre, en todos lados.

sábado, 9 de junio de 2012

Me apasionas, evidentemente.

Cuando se trata de ti, de tus desplantes o amores, me apasiono.  No importa qué siempre me haces sonreír.

Hoy recordé tu inseguridad abrupta y las locuras que caracterizan tu carácter.  Quise hablarte, saber cuál fue el pecado capital que cometí para ganarme tu silencio.  Quizás no hice algo, sólo ser como soy no te gusta o te desespera.

¿Alguna vez dirás qué te hice? o ¿acaso dirás que la razón de no hablarme es para no seguir haciéndome daño? es que cualquiera de las dos sonaría feo.

Mejor rehago este post:

Me apasionas.  Cuando estás siento aquella emoción que hace daño a tu estómago y cautiva tu mente; cuando no estás deseo encontrarte, hablarte, sentirme en contacto contigo.  Tus sonrisas, aquellas que obsequias al aire, quiero conquistarlas todas.  No para volverlas prisioneras mías, sino para expandirlas y ser compartidas.

No quiero sonar soso o falso cuando escribo cosas como éstas.  Ni siquiera intento ser romántico, la única cosa que quiero es escribir el cúmulo de sensaciones que vienen a mi mente y logro plasmar con mis dedos.

Me he empezado a resignar con la idea de que jamás volverás a hablarme, eso es injusto, injusta.