sábado, 31 de enero de 2009

DE LA SOLEDAD

Quiero hablar de la soledad. Muchas personas que frecuetan este sitio conviven con la soledad.

Ella es silenciosa, respetuosa, aunque a veces asusta.

No tengo mucho para decir, quizás nada más que la disfrutes, mientras está, porque el día que desaparezca por completo, la extrañarás, buscarás la forma de encontrarte contigo mismo o misma y no habrá tiempo. Ella te habrá abandonado.

Hoy estás solo o sola con tu soledad.

Estoy escuchando Sleepwalk de Ritchie Valens. El 2 de febrero es el día que el rock and roll murió. Estoy seguro que ese chico habría dado muchísimo, pero lo que dejó basta para recordarlo varios años después.

El frío de Iowa, acabó con muchos músicos.


Y menciono esta canción porque es perfecta para momentos de soledad, ja.



Regresando a la soledad, te sugiero que respires, busques amigos, llama a aquellos de quienes te habías olvidado. Visualiza a tu mejor amigo o amiga de la primaria y secundaria que dejaste de ver y trata de localizarles.



Ten paz.

Quiero dejar de hacerlo

Me gustaría en exceso dejar de pensar en tí. Agradecería al cielo dejar de soñar y sonreír como loco pensando que ese día amaneciste pensando en mí.

Es doloroso fantasear con la idea que tú te estás muriendo con hablarme: sé que no es verdad.

Es triste dedicarme a hilvanar emociones mentales, creyendo que tú deseas con toda tu alma que yo te llame, te invite a salir y te de un beso sorpresa: eso jamás pasará, tú estás feliz, satisfecha sin mí, no te hago falta, notablemente.

Quisiera dejar de imaginar que duermes pensando en mí y haces una oración creyendo que Dios escuchará y compensará el amor puro que sientes por mí. Me gustaría empezar a ver la realidad y no fantasear con que un día nos encontraremos en la calle, sonreiremos, nos abrazaremos como si nunca hubiera pasado nada malo entre nosotros. Finalmente tomaré tu mano, sonreirás y te besaré. Eso sé que no sucederá, a lo mejor porque tú me dijiste que "ni lo soñara", seguramente porque tú me dijiste "JAMÁS", cuando te pregunté si alguna vez me darías el "SÏ".


Extraño los buenos momentos que vivimos. Añoro cuando la pasamos bien, pero es que ser "sólo amigos" me mataba. Al final, ¿qué es mejor o qué es peor?, ¿estar feliz por ser sólo tu amigo o estar triste por no ser más que tu amigo?

No sé, como tu amigo podía estar cerca de tí, haciéndome daño. Como tu enemigo, estoy lejos, sin sentirte, pero en paz.


Me doy cuenta que notas cuando llego, pero no hablas. Y es entonces cuando sueño que te estás muriendo por mí, por hablarme, por abrazarme. Sé que no es cierto.


Quiero dejar de inventar historias donde yo soy el héroe y tú la rescatada. Quiero dejar de hacerlo.


Quisiera que vivieras enamorada de mí.


Me gustaría mucho gustarte. Lo intenté muchas veces, de muchas formas y entendí que amarte es todo lo que puedo hacer. Y eso basta.

Tú no me amas, quizás nunca lo hagas y ha dejado de importarme.



Me gustas, sobre todo.

viernes, 30 de enero de 2009

La fuerza del amor

La fuerza del amor es mágica. Estaba pensando en que el amor es plenitud, es una cosa complicada, divertida, rara, curiosa, que todos y todas buscan sin saber por qué. Es decir, alguien que nunca ha amado y lo han amado, obviamente no sabe qué se siente, sin embargo, siempre va detrás de él.

Las mujeres sueñan con su príncipe azul.

Los hombres con una buena esposa.

¿Por qué queremos eso si no sabemos si nos gustará?

A mí me gustan mucho los pancakes, pero sé que me gustan porque ya los probé. Antes de saborearlos, no sabía cómo eran, no podía opinar.


¿Por qué vamos en busca del amor real si nunca antes lo hemos sentido?

Quizás por los destellos que hemos vivido, quizás por lo que dicen.

Es algo así como el sexo. No saben qué se siente, pero tienen curiosidad por descubrirlo.




Esa es la fuerza sobrenatural del amor. Cuando le encuentras, descubres la plenitud.



Ahhh...la fuerza de amar. Ama intensamente y llora cuando pierdas.

EXTRACTO FINAL

Hoy leí la parte final de Brida de Paulo Coelho. Y me gustó mucho el último párrafo, algunos estarán felices de leer esto, otros no lo entenderán y algunos más dirán que no están de acuerdo. Gracias por leer a todos.

Ahí les va:

-Las personas dan flores de regalo porque en las flores está el verdadero sentido del Amor. Quien intente poseer una flor, verá marchitarse su belleza. Pero quien se limite a mirar una flor en un campo, permanecerá para siempre con ella. Porque ella combina con la tarde, con la puesta de sol, con el olor de tierra mojada y con las nubes en el horizonte.
Brida miraba la flor. El Mago volvió a tomarla y la devolvió al bosque.
Los ojos de Brida se llenaron de lágrimas. Estaba orgullosa de su Otra Parte.
-El bosque me enseñó esto: que tú nunca serás mía y por eso te tendré para siempre. Tú fuiste la esperanza de mis días de soledad, la angustia de mis momentos de duda, la certeza de mis instantes de fe.
"Porque sabía que mi Otra Parte iba a llegar un día, me dediqué a aprender la Tradición del Sol. Sólo por tener la certeza de tu existencia, es por lo que continué existiendo."
Brida no conseguía reprimir las lágrimas. -Entonces tú llegaste y entendí todo esto. Llegaste para liberarme de la esclavitud que yo mismo me había creado, para decirme que estaba libre, que podía volver al mundo y a las cosas del mundo. Yo entendí todo lo que necesitaba saber y te amo más que a todas las mujeres que conocí en mi vida, más de lo que amé a la mujer que me desvió, sin querer, hacia el bosque. Me acordaré siempre de que el amor es la libertad. Ésta fue la lección que tardé tantos años en aprender.
Esta fue la lección que me exilió, y que ahora me libera.



“LAS COSAS QUE CON CERTEZA NUNCA OLVIDAREMOS, SON AQUELLAS QUE NUNCA PODREMOS POSEER, PERO QUE SERÁN NUESTRAS PARA SIEMPRE”

martes, 20 de enero de 2009

OTRO EXTRACTO DE BRIDA

-¿Qué has venido a hacer hoy aquí? -preguntó el Mago a Brida.
-Me prometí a mí misma que volvería el día en que ya supiese algo.
-¿Y ya sabes?
-Un poco. Sé que el camino es simple, y por eso más difícil de lo que había pensado. Pero simplificaré mi alma. Ésta es la primera pregunta: ¿Por qué pierdes el tiempo conmigo?
"Porque tú eres mi Otra Parte", pensó el Mago. -Porque también necesito a alguien con quien conversar -respondió él.
-¿Qué piensas del camino que elegí, el de la Tradición de la Luna?
El Mago tenía que decir la verdad. Aun prefiriendo que la verdad fuese otra.
-Era tu camino. Wicca tiene toda la razón. Tú eres una hechicera. Vas a aprender en la memoria del Tiempo las lecciones que Dios enseñó.

Y se quedó pensando por qué la vida era así, por qué había encontrado una Otra Parte cuya única manera posible de aprender era a través de la Tradición de la Luna.
-Tengo sólo una pregunta más -dijo Brida. Se estaba haciendo tarde, dentro de poco ya no habría autobús-. Necesito saber la respuesta, y sé que Wicca no me la enseñará. Lo sé porque ella es una mujer igual que yo, será siempre mi Maestra pero, en lo relativo a este asunto, será siempre una mujer: quiero saber cómo encontrar a mi Otra Parte.
"Está frente a ti", pensó el Mago.
Pero no respondió. Fue hasta un rincón de la sala y apagó las luces. Dejó encendida apenas una escultura de acrílico, en la que Brida no había reparado cuando entró; dentro contenía agua y burbujas que subían y bajaban, llenando el ambiente con rayos rojos y azules.
-Ya nos hemos encontrado dos veces -dijo el Mago, con los ojos fijos en la escultura-. Sólo tengo permiso de enseñar a través de la Tradición del Sol. La Tradición del Sol despierta en las criaturas la sabiduría ancestral que poseen.
-¿Cómo puedo descubrir a mi Otra Parte por la Tradición del Sol?
-Ésta es la gran búsqueda de las personas sobre la faz de la Tierra -el Mago repitió, sin querer, las mismas palabras que Wicca. Quizás hubiesen aprendido con el mismo Maestro, pensó Brida-. Y la Tradición del Sol colocó en el mundo, para que todas las personas la viesen, la señal de su Otra Parte: el brillo en los ojos.
-Ya he visto muchos ojos brillar-dijo Brida-. Hoy mismo, en el bar, vi tus ojos brillar. Esta es la forma en que todas las personas buscan.
"Ya olvidó su oración -pensó el Mago. Estaba otra vez creyendo que era diferente de los otros--. Es incapaz de reconocer lo que Dios le muestra tan generosamente."
-No entiendo los ojos -insistió ella-. Quiero saber cómo las personas descubren su Otra Parte por la Tradición de la Luna.
El Mago se giró hacia Brida. Sus ojos estaban fríos y sin expresión.
-Estás triste por mí, lo sé -continuó ella-. Triste porque aún no consigo aprender a través de las cosas simples. Lo que tú no entiendes es que las personas sufren, se buscan y se matan por amor, sin saber que están cumpliendo la misión divina de encontrar su Otra Parte. Olvidaste, porque eres un sabio y no te acuerdas de las personas comunes, que traigo milenios de desilusión conmigo, y ya no consigo aprender ciertas cosas a través de la simplicidad de la vida.
El Mago permaneció impasible.
-Un punto -dijo él-. Un punto brillante encima del hombro izquierdo de la Otra Parte. Es así en la Tradición de la Luna.
-Es hora de irme -dijo ella. Y deseó que le pidiera que se quedara. Le gustaba estar allí. El había respondido a su pregunta.
El Mago, no obstante, se levantó y la acompañó hasta la puerta.
Voy a aprender todo lo que tú sabes -dijo ella-. Voy a descubrir cómo se ve ese punto.

El Mago esperó a que Brida desapareciese de la carretera. Había un autobús de regreso a Dublín en la próxima media hora, y no tenía por qué preocuparse. Después, fue hasta el jardín y ejecutó el ritual de todas las noches; estaba acostumbrado a hacer aquello, pero a veces necesitaba mucho esfuerzo para alcanzar la concentración necesaria. Hoy estaba particularmente dispersivo.
Cuando acabó el ritual, se sentó en el umbral de la puerta y se quedó mirando al cielo. Pensó en Brida. Podía verla en el autobús, con el punto luminoso en el hombro izquierdo, que sólo él era capaz de reconocer, porque ella era su Otra Parte. Pensó cuán ansiosa debía estar por concluir una búsqueda que había empezado el día de su nacimiento. Pensó en cómo estaba fría y distante desde que llegaron a su casa, y cómo aquello era una buena señal. Significaba que estaba confusa con sus propios sentimientos; se estaba defendiendo de lo que no podía comprender.
Pensó también, con cierto temor, que estaba enamorada.
-No existen personas que no consigan encontrar su Otra Parte, Brida -dijo el Mago, en voz alta, a las plantas de su jardín. Pero en el fondo se dio cuenta de que también él, a pesar de conocer desde hacía tantos años la Tradición, necesitaba aún reforzar su fe, y estaba hablando para sí mismo.
"Todos nosotros, en algún momento de nuestras vidas, nos cruzamos con ella y la reconocemos -continuó-. Si yo no fuese un Mago, y no viese el punto en tu hombro izquierdo, tardaría un poco más en aceptarte. Pero tú lucharías por mí, y un día yo percibiría el brillo en tus ojos.

"Soy un Mago, no obstante, y ahora soy yo quien necesita luchar por ti. Para que todo mi conocimiento se transforme en sabiduría."
Permaneció mucho tiempo mirando la noche y pensando en Brida en el autobús. Hacía más frío que de costumbre, el verano iba a acabar en breve.
-Tampoco existe riesgo en el Amor, y tú aprenderás esto por ti misma. Hace millares de años que las personas se buscan y se encuentran.
Pero, de repente, se dio cuenta de que podía estar equivocado. Había siempre un riesgo, un único riesgo. Que una misma persona se cruzase con más de una Otra Parte en la misma encarnación.
Esto también sucedía desde hacía milenios.

jueves, 15 de enero de 2009

De los sueños

Quiero pedirte algo. NUNCA, NUNCA, NUNCA, NUNCA abandones tus sueños. Jamás se te ocurra dejar botada esa pasión que desde el inicio fue plantada en tu alma, en tu corazón, en tus venas.

Sueña, pero recuerda que lo más importante de un buen sueño es lo que haces al despertar. Así que nunca pierdas de vista el deseo más profundo de tu alma.

No sueñes ser médico, sueña ayudar gente.

No sueñes ser abogado, sueña solucionar los problemas de las personas.

Una bandera sólo se luce cuando está contra el viento. Que el viento contrario no te detenga, sino que haga lucir tus cualidades.

Corre riesgos, enloquece. Has TODO para lograrlo. Lucha, sueña, lucha, lucha, insiste, sé necio o necia, nunca desmayes.

Nuestros sueños le dan sentido a la vida.

Para qué vives todos los días???, qué piensas al despertar?, qué inquieta tu alma?, sino tienes respuesta es un buen momento para revisar tu vida y hacerle ajustes. Pon un propósito y una dirección a tus días, cambia. Ten destino, sueña, anhela, ambiciona y lucha.

Nunca desistas. Nuestra existencia no tiene sentido sin sueños.


Recuerda que hay tres cosas que mueven a los seres humanos: el amor, el miedo y la fe.


Hazlo con fe en tus capacidades y en el sueño que alguien superior plantó en tí desde la eternidad; hazlo con miedo al pasado, sino te mueves por temor a lo nuevo, hazlo por miedo a lo viejo y hazlo por amor a quienes saldrán bendecidos con el cumplimiento de tu sueño. Siempre que ese sueño sea noble, involucre el beneficio de la gente, siempre, tiene un sello divino y HA DE CUMPLIRSE.

DISTANCIAS Y ENCUENTROS

A veces la distancia entre un par de corazones es amplia. Hablo de distancia física y hago un símil entre corazones y cuerpos.

Recuerdo que hace algunos años escribía todos los días para alguien y alguien estaba acostumbrada a leerme. Yo disfrutaba escribir, más aún que decirle a ella que la amaba sin saber con precisión de qué se trataba eso - sigo sin descubrirlo con total certeza y creo que nunca lo haré - o por qué pasaban esas cosas.

Tan cerca, aunque tan lejos.

Ja. Acompañado de un "mucho gusto", un beso en la mejilla es un buen inicio para entablar conversación con una persona que recién conoces. Es emocionante, es interesante, es una aventura distinta, es a la verdad divertido.

A los días de conocerle, empiezas a extrañar, a necesitar a esa persona. Cómo pasa eso????, acabas de decir "hola, mucho gusto" y ya parece que le extrañas. Te has vuelto loco o loca?, ja!, seguramente sí, y eso a penas empieza, es el inicio de semanas, meses de angustia, de un no sé qué de qué sé yo.

Son esos encuentros, son esas distancias.

En realidad conocer a alguien es una nueva oportunidad. Un reinvento a tu personalidad. Eso no es ser falso, es ser tú mismo de otra manera; de una forma creativa.

Ahhhh...el amor.


Quisiera prometer que no hablaré más del mismo asunto de siempre. Quisiera hablar de otras cosas (como la guerra en el medio oriente, el nuevo presidente negro en los EUA) y puedo hacerlo. Pero prefiero relajarme, relajarte y disfutar.


Va. Al tiempo.

SOBRE CÓMO ENCONTRAR EL DON

“…cuando las personas piensan en la reencarnación, siempre se enfrentan con una pregunta muy difícil: si en el comienzo existían tan pocos seres humanos sobre la faz de la Tierra, y hoy existen tantos, ¿de dónde vienen esas nuevas almas?
Brida estaba con la respiración suspendida. Ya se había hecho esta pregunta a sí misma muchas veces.
-La respuesta es simple -dijo Wicca, después de saborear por algún tiempo la ansiedad de la joven-. En ciertas reencarnaciones, nos dividimos. Así como los cristales y las estrellas, así como las células y las plantas, también nuestras almas se dividen.
Nuestra alma se transforma en dos, estas nuevas almas se transforman en otras dos, y así en algunas generaciones, estamos esparcidos por buena parte de la Tierra.
— ¿Y sólo una de estas partes tiene la conciencia de quién es? -preguntó Brida. Guardaba muchas preguntas, pero quería hacerlas una por una; ésta le parecía la más importante.
-Hacemos parte de lo que los alquimistas llaman el Anima Mundi, el Alma del Mundo -dijo Wicca, sin responder a Brida-. En verdad, si el Anima Mundi se limitara a dividirse, estaría creciendo pero también quedándose cada vez más débil. Por eso, así como nos dividimos, también nos reencontramos. Y este reencuentro se llama Amor. Porque cuando un alma se divide, siempre se divide en una parte masculina y una femenina.
Así está explicado en el libro del Génesis: "El alma de Adán se dividió, y Eva nació de dentro de él".
Wicca se detuvo, de repente, y se quedó mirando la baraja esparcida sobre la mesa.
-Son muchas cartas -continuó- pero forman parte de la misma baraja. Para entender su mensaje las necesitamos a todas, todas son igualmente importantes. Así también son las almas. Los seres humanos están todos interligados, como las cartas de esta baraja. En cada vida tenemos una misteriosa obligación de reencontrar, por lo menos, una de esas Otras Partes. El Amor Mayor, que las separó, se pone contento con el Amor que las vuelve a unir.
-¿Y cómo puedo saber que es mi Otra Parte? -ella consideraba esta pregunta como una de las más importantes que había hecho en toda su vida.
Wicca se rió. Ella también se había preguntado sobre eso, con la misma ansiedad que aquella joven que tenía enfrente. Era posible conocer a la Otra Parte por el brillo en los ojos: así, desde el inicio de los tiempos, las personas reconocían a su verdadero amor. La Tradición de la Luna tenía otro procedimiento: un tipo de visión que mostraba un punto luminoso situado encima del hombro izquierdo de la Otra Parte. Pero todavía no se lo contaría; tal vez ella aprendiese a ver ese punto, tal vez no. En breve tendría la respuesta.
-Corriendo riesgos -le dijo a Brida-. Corriendo el riesgo del fracaso, de las decepciones, de las desilusiones, pero nunca dejando de buscar el Amor. Quien no desista de la búsqueda, vencerá.
Brida recordó que el Mago había dicho algo semejante, al referirse al camino de la magia. "Quizá sea una cosa sola", pensó.
Wicca comenzó a recoger la baraja de la mesa y Brida presintió que el tiempo se estaba agotando. Sin embargo, quedaba otra pregunta por hacer.
-¿Podemos encontrar más de una Otra Parte en cada vida?
"Sí -pensó Wicca con cierta amargura-. Y cuando esto sucede, el corazón queda dividido y el resultado es dolor y sufrimiento. Sí, podemos encontrar tres o cuatro Otras Partes, porque somos muchos y estamos muy
dispersos." La chica estaba haciendo las preguntas certeras, y ella necesitaba evadirlas.
-La esencia de la Creación es una sola --dijo-. Y esta esencia se llama Amor. El Amor es la fuerza que nos reúne otra vez, para condensar la experiencia esparcida en muchas vidas, en muchos lugares del mundo. Somos responsables por la Tierra entera, porque no sabemos dónde están las Otras Partes que fuimos desde el comienzo de los tiempos; si ellas estuvieran bien, también seremos felices. Si estuvieran mal, sufriremos, aunque inconscientemente, una parcela de ese dolor. Pero, sobre todo, somos responsables por reunir nuevamente, por lo menos una vez en cada encarnación, a la Otra Parte que con seguridad se cruzará en nuestro camino. Aunque sea por unos instantes siquiera, porque esos instantes traen un Amor tan intenso que justifica el resto de nuestros días.
El perro ladró en la cocina. Wicca acabó de recoger la baraja de la mesa y miró una vez más a Brida. -También podemos dejar que nuestra Otra Parte siga adelante, sin aceptarla o siquiera percibirla. Entonces necesitaremos más de una encarnación para encontrarnos con ella. Y, por causa de nuestro egoísmo, seremos condenados al peor suplicio que inventamos para nosotros mismos: la soledad.
Wicca se levantó y acompañó a Brida hasta la puerta. -No has venido aquí para saber sobre la Otra Parte -dijo, antes de despedirse-. Tú tienes un Don, y después de que sepas de qué Don se trata, quizá pueda enseñarte la Tradición de la Luna.
Brida se sintió una persona especial. Necesitaba sentirse así; aquella mujer inspiraba un respeto que poca gente le había infundido.
-Haré lo posible. Quiero aprender la Tradición de la Luna”.


Extracto de Brida de Paulo Coelho, conversación entre Brida y Wicca.

martes, 6 de enero de 2009

Una bonita historia

Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un enorme árbol, cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales; a veces, los muertos tardan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición...

La carretera era muy larga, colina arriba, el sol era muy fuerte, estaban sudados y sedientos.
En una curva del camino vieron un portal magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde manaba un agua cristalina. El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada.
»-Buenos días.
»-Buenos días -respondió el guardián.
»-¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
»-Esto es el Cielo.
»-Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos.
»-Usted puede entrar y beber tanta agua como
quiera. -Y el guardián señaló la fuente.
»-Pero mi caballo y mi perro también tienen
sed...
»-Lo siento mucho -dijo el guardián-. Pero aquí no se permite la entrada a los animales.
»El hombre se llevó un gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo; dio las gracias al guardián y siguió adelante. Después de caminar un buen rato cuesta arriba, exhaustos, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puertecita vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles.
A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero; posiblemente dormía.
»-Buenos días -dijo el caminante.
»El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
»-Tenemos mucha sed, yo, mi caballo y mi perro.
»-Hay una fuente entre aquellas rocas -dijo el hombre, indicando el lugar-. Pueden beber tanta agua como quieran.
»El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed.
»El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.
»-Pueden volver siempre que quieran – le respondió.
»-A propósito, ¿cómo se llama este lugar?
»-Cielo.
»-¿El Cielo? ¡Pero si el guardián del portal de
mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!
»-Aquello no era el Cielo, era el Infierno.
»El caminante quedó perplejo.
»-¡Deberían prohibir que utilicen su nombre! ¡Esta información falsa debe de provocar grandes confusiones!
»-¡De ninguna manera! En realidad, nos hacen un gran favor. Porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos..."

viernes, 2 de enero de 2009

Historia

Talvez ella no quiere aceptar que se enamoró.

Talvez él pronto cederá ante su “enojo” y dejará caer el orgullo, con mucho orgullo.

Ninguno de los dos sabe que pasará. Él cree que ella no piensa en él ni por casualidad o error del destino; ella asegura que a pesar que el chico estaba enamorado de ella, pasó algo y ahora la odia. Ambos están equivocados.

Ella sueña todas las noches con que repentinamente suene el celular y que al otro lado esté la voz de su amado; y él, aunque no le habla hace meses, ha reconocido los últimos días que la sigue amando con intensidad.

Ella siempre fue difícil, indudablemente por los golpes duros de la vida. Tenía mucha inseguridad y uno de sus temores más amplios era enamorarse sin ser correspondida. A él le gustaba la chica, además de amarla profundamente. Él se lanzó como lo hacen los hombres enamorados, pero obtuvo la respuesta que reciben los hombres rechazados. Le dolió, la siguió amando, intentando conquistarla. Un día, como excusa, utilizó que ella nunca hacía lo posible por “mantener la amistad”. Y era cierto. Siempre era él quien llamaba, era él quien iniciaba una platica; nunca ella. Pero nunca era ella porque ese era su carácter, con cualquiera. Así el chico utilizó como salvoconducto la razón antes mencionada para alejarse de su vida; no era la primera vez que le cortaba la comunicación a la bella chica, pero esta vez parecía definitiva, fue larga, insoportable, se hablaban únicamente con la mirada. Él dejó de hablarle y ella, como siempre, no intentó iniciar conversación, razón por la cual permaneció la brecha entre ambos. El chico planeó que si, algún día, por azares del destino, se reconciliaban, diría que estaba esperando que ella dijese algo; ella por su parte, pensó que le haría saber su enojo y harta molestia por la situación incómoda que llamamos silencio.

Ambos habían preparado su discurso para una hipotética reconciliación. Ambos deseaban estrecharse un abrazo.

Esa hipótesis, siempre fue sólo eso: una hipótesis.

El amor

Desde que la ví por primera vez la deseé. Me gustó para mí. Estaba haciendo un plato conocido en México con un pésimo humor talvez porque pensaba que no era un trabajo digno para ella.

Me gustó en serio.

Desde aquel entonces la he amado en silencio. Sólo hemos tenido dos encuentros cercanos. La única vez que estuve cerca de hablarle fue una ocasión que le cedí mi lugar para abordar el autobus, ella sonrió.

Tiene una mirada dura, grotesca.

Es exageradamente bonita.

Una vez me senté a su lado en el bus y quedé petrificado, no pude decir una sola palabra.

Hoy, iba cómodamente sentado en el bus, cuando ví que se apresuraba a subir, imaginé que quizás compartiríamos sillón. Siempre sueño que nos sentaremos, me atreveré a hablarle y quizás nos caigamos bien.

Pero hoy sucedió algo catastrófico. Ella se despidió con un suculento beso de su hipotético novio. Sentí una cuchillada en alguna parte de mí. El tipo, que pienso que no la ama tanto como yo, (ja), se quedó y ella subió al bus. Me sentí triste, sin saber qué hacer.

Al bajar de ese bus, teníamos que abordar otro, el que nos llevaría al lugar donde vivimos. Bajé, traté de irme rápido para subir antes que ella; pensé esto: "si se sienta a mi lado, hay esperanza". Pero no lo pude hacer, cuando la ví, tuve que cederle el lugar otra vez, así que ella subió primero.

Se sentó en el lado de la orilla del sillón y gran parte del autobus estaba vacío, por lo que sería inapropiado sentarme allí. Es decir, parecía que ella no quería irse con nadie. Así que me senté en el sillón de atrás.

La ví y ella lo notó, supongo. Volteó a verme de reojo con una cara terriblemente seria. Ella es así, con un carácter muy fuerte.

A los dos minutos se subió alguien que parecía conocer. Supongo que un buen amigo o familiar. Hablaron cosas vanales, yo me dormí el resto del camino.

Escuché sus risas y su voz, demasiada femenina.

Después, casi a punto de llegar al final del camino se subió otra persona que le habló. Este hombre le contó que se había casado y ella, según logré escuchar, dijo que ella estaba por hacer lo mismo este año, que era un plan, aunque aún no estaba definido.

Ja. Sonreí. Me sentí triste, retado, comprometido a hablarle la próxima vez que se vaya a mi lado.

Ya sé qué le diré, tengo meses pensándolo. Diré algo así como "perdón, necesito preguntarte algo". Ella responderá algo. Y seguiré "sé que sonará raro, no es muy común, pero puedo preguntar tu nombre?". A partir de allí, espero haber abierto un diálogo para el resto del camino. Quizás la haga sonreír con gracia natural y seré extremadamente feliz.

Y ahora que sé que tiene novio, quién sabe y a lo mejor, logre quitarle la pareja a un desdichado hombre.

Ja.