viernes, 27 de enero de 2012

Chic

Ella cambió su vida de un día para otro.  Decidió quitarse los complejos de la primaria, vestir a la moda (por presión y no por elección), ser cruel ("al parecer eso les gusta a los hombres", pensaba) y arriesgarse un poco más en todo.

Recordó las múltiples veces en que se burlaron de ella por su apariencia, por sus limitados recursos económicos y por ser siempre "la niña buena".  Quiso cambiar de súbito, dejar en el pasado lo que la había convertido en su presente y alterar su futuro modificando sus conductas actuales.

Ella además, empezó a buscar un nuevo empleo.  Debía encontrar algo que la lanzara a la escena pública.  Encontró un empleo, gracias a un viejo amigo de su madre, en el periódico de mayor circulación de la ciudad.  Escribía la nota social; conoció a muchas personas gracias a ello.  Gente de "la alta sociedad" y se sentía feliz pues aunque ella no tenía un apellido reconocido, compartía con ellos.  Se sentía parte de algo que no era parte.

Ella quería enamorarse, lo reconocía después de unas copas, pero no quería dar.  La regla de arriesgarse no aplicaba para el amor.  Había visto experiencias ajenas que le motivaban a no dejarse llevar por los impulsos del corazón, del cerebro o de quién sabe dónde.

Un buen día conoció a un chico; feo, pero de la alta sociedad, que al final era lo que importaba.  Salieron un par de ocasiones, él le explicó sus pretensiones académicas, que no quería dejar de estudiar nunca, ella lo escuchaba (mentira! ella siempre hablaba y cuando él decía algo esperaba que terminara de decir la cosa para seguir su discurso egocéntrico) y trataba de hablar con elegancia al respecto.

Ella quería sentirse mimada, sin saber que psicológicamente eso obedece a una desazón amorosa frecuentemente asociada a ausencia de imagen paternal.  Quería que le cumplieran sus caprichos y que le rogaran.  Que cuando ella dijera "no", él se esforzara por conseguir el "si".  En vez de decir simplemente si cuando eso deseaba responder.
El chico en realidad la pretendía con buenos deseos e intenciones generosas.  Pero lo espantó.

Lo espantó y, aunque nunca lo reconoció, lamentó hacerlo.

Hoy ella vive retirada, veinte y tantos años después.  Dedica su vida a viajar (consiguió dinero, mas no éxito pues nunca fue feliz y siempre estuvo ocupada) y a sacarse fotografías en famosos monumentos que luego muestra a sus amigos en señal de felicidad (falsa).

Ella está sola, desde que nació.

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