viernes, 28 de octubre de 2011

¡Protesto!

Ahora sí ¡protesto!

Protesto en contra de las mujeres abusadas sexualmente todos los días por sus esposos.

Protesto por aquellas que se casaron amando y terminaron decepcionadas, desconociendo al amor, teniendo sexo a cambio de un matrimonio públicamente estable.

Protesto por las mujeres que debiendo ser amadas, porque amaron, porque son geniales, nunca las amaron.

Protesto en contra de los hombres cuyo único objetivo era tener relaciones sexuales con ellas y cuando por error hubo un embarazo huyeron, o peor aún: se casaron por compromiso.

Protesto en contra del silencio que ellas guardan y la madurez acelerada que deben tener durante nueve meses.

Protesto en contra de la soberana estupidez que reina en aquellas personas que olvidan que el amor de su vida están en casa, cuidando hijos, ocupada con los quehaceres.  Protesto porque ellos sólo quieren tener sexo seguro (sin enfermedades, siempre dispuesto y sin tener que pagar o dar muchas explicaciones; se da por sentado que la esposa tenga sexo con el esposo).

Protesto en contra de la estupidez: protesto en contra de aquellos que dicen que no se arrepienten de sus errores porque gracias a ellos son lo que hoy son y aprendieron aquellas cosas que hoy saben.  Les tengo una noticia: para hacer las cosas bien no es necesario primero haberlas hecho mal.

Protesto en contra de estar juntos por los hijos, de separarse por una tercera persona y también protesto en contra de aquellas personas que dan por sentado que una de las tareas de las mujeres es acostarse con los maridos para que no se molesten o no se vayan de casa.

Protesto, sencillamente. Protesto en contra de los hombres que no aman a las mujeres.

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