miércoles, 19 de octubre de 2011

No hay mañana, no hubo ayer.

La vida se nos escurre entre los dedos, más pronto que lejano será el final de nuestros días.  Suena medio depresivo, pero no lo es.  En realidad deberíamos pensar más en aquel evento que llegará a nuestras vidas indefectiblemente, del cual no hay excusa ni habrá forma de esquivarle.

A dónde irán los momentos de felicidad? de tristeza? de amor y de desamor?

Desconozco la respuesta.  Pero sé que la vida, confusa por definición y amarga sino le llevamos el rumbo adecuado, se extinguirá.

A diario pienso en el último momento de mi vida; trato de vivir bien, no de llevar un rumbo desordenado rodeado de placeres sin sentido que me destruyen, sino de trascender, no para mí, sino para las próximas generaciones propias y para la otra vida.

No tengo dudas de que hay otra vida.  Creo que no nacimos para morir y que el cuento se acabe ahí.  Me parece, que hemos nacido para trascender, para que suceda algo más que simplemente esfumarnos.

Soy feliz. Hoy creo que podría morir.  He amado, he sido amado.  Pero creo que he procurado verle el lado espiritual a la vida y aunque me falta muchísimo y ése será el objetivo de mis próximos años, comprender mejor la vida espiritual, 

Tanto amor en esta vida!!! tanta crueldad también.

Tanta pasión que existe!!! pero tanta frialdad.

Tanta riqueza!!! pero tanta pobreza en esta tierra.

Tanta tristeza...pero tantísima felicidad que nos dan los minutos, los instantes especiales que provocan alegrías en nuestros corazones.

Tanto dolor, pero tanto placer.


La vida no es placer tras placer, pero qué bueno cuando nos damos esa oportunidad.  La vida no es siempre con alegrías, pero qué exquisitos tenerlas.  No todo el tiempo estamos rodeados de amor, pero qué bendición disfrutar esos instantes románticos.


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