martes, 5 de abril de 2011

Corazón confiscado

"Le confiscaremos el corazón", dijo el policía sin preámbulo alguno.

Romeo Austriaco se asustó cuando escuchó al agente del orden decir esa frase, temió por su vida, su corazón, sus días por venir.

"Perdone señor agente, pero por qué hará eso conmigo?", inquirió nervioso Romeo Austriaco.

En realidad, confiscar, según los diccionarios no implica "quitar", sino "privar" de derechos.

El policía respondió viéndolo por encima de sus lentes: "es fácil amigo, usted iba a excesiva velocidad en esos asunticos del corazón.  Y recuerde que es importante proteger los sentimientos de las personas, cosa que por supuesto usted no estaba haciendo, ni siquiera lo consideró. Además - prosiguió el agente quitándose el sombrero - me parece usted con el suficiente carácter como para arreglárselas con el corazón confiscado, usted no necesita sentir ni amar para continuar con su vida de cassanova".

Romeo Austriaco sonrió.  Sonrió porque prefirió no llorar.

Finalmente el policía le dijo "está bien, lo dejaré continuar, pero por favor, asegúrese de ponerse el cinturón de seguridad, no quiero que haya accidentes, la ciudad ha estado tranquila últimamente".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario