domingo, 26 de diciembre de 2010

Sobre la felicidad

Debo admitir que quizás el área más descuidada este 2010 fue mi parte espiritual.  No hablo de religión, sino de un asunto meramente del espíritu.

Siento que crecí menos o que sencillamente me estanqué.  Por supuesto que no tengo a quién juzgar ni cómo justificar la cosa.  Usualmente voy por el oro, no me conformo con la plata, el bronce o razonar que quizás simplemente participar es bueno.  Así soy, y a Dios gracias, usualmente consigo lo que quiero.

Pero cuando menciono la parte espiritual, hablo de crecer internamente, de ver lo que no se ve, de sentir lo que la gente no siente y de hacer lo que la gente no hace, precisamente porque no es visible.  Amar al prójimo, ayudar a quien lo necesita, brindar amistad sincera, bendecir a una persona, amar a una mujer.  El mundo es mejor cuando alguien ama de verdad a otra persona.

Mientras siga teniendo corazón, espero seguir amando.  Mientras esté vivo, mi deseo más ferviente y apasionado, es verdaderamente vivir una vida digna de la cruz.  No soy católico, ni profeso religiones, pero creo que sino fuera por ese ser tan extraordinario, mi vida dejaría de ser, o simplemente no fuera.

Diariamente pienso en la muerte.  Pienso en cómo será morir, en qué pasará el instante próximo a cuando el corazón deje de latir y los sueños hayan llegado a su fin.  Enfermos o sanos, ricos o pobres, como sea, todos moriremos.  No importa la edad que tengas, súmale unos 70 años y seguro dejarás de existir.  70 años suena mucho, pero te aseguro que no sientes los años que ya has vivido, 15, 20, 31, 38, los que sean, sientes como si fueran poco.  Esos años escasean, sientes que no ha sido gran cosa, y lo más grave, sigues luchando para conseguir aquello que parece ser el sentido de la vida: ser feliz.

La subjetiva felicidad que constantemente se disfraza de carros, mujeres, sexo, casas, más bienes, más  sexo y más mujeres.  La subjetiva felicidad que se disfraza de diversiones, entretenimiento, educación del "más alto nivel"; la subjetiva felicidad que a veces es amar y otras es dejar de amar.  A veces creemos que si amamos y nos aman, seremos felices; otras tantas reaccionamos que si dejamos de amar, si olvidamos a ese ser, entonces y sólo entonces, seremos verdaderamente felices.  ¿Nos vamos poniendo de acuerdo?

Acordemos que ser feliz para unos es algo y para otros es algo distinto.  Para unos ser feliz es simplemente amar a alguien.  Para otros es amar a alguien y ser correspondido.  Todos tenemos diferentes ópticas de ver esta bendita vida.

Ser feliz, mis queridos, en esencia es una decisión.  Es decidir caminar en pos de algo.  NO importa la edad que tengas, ¿de qué se trata esta vida?, ¿por qué sigues amaneciendo?, ¿podrías morir y que eso no significara absolutamente nada?

El sentido, el centro de tu vida no puede ser una carrera, un empleo, y muchísimo menos una persona.  La vida es más.  Siempre es más que eso.

Piensa.  O sólo cumplirás un aburrido ciclo de nacer, crecer, reproducirte y morir? qué pasará? eso es todo en esta vida? ahí se acaba? vivir es nada más comer, disgustos, gustos, estudiar, trabajar, placer, reír, llorar, sobrevivir, y ya? qué aburrido sería!

Hay algo más.  Un lado espiritual en todo.

Cree.  Sólo cree.

Es cierto, Jesús no nació el 25 de diciembre, pero si vas a festejar su nacimiento, su cumpleaños, hazlo reflexionando sobre esta vida, escasa, que un día está y otro ya no.


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