martes, 16 de noviembre de 2010

Soliloquios de mis días

Mi soledad y yo, sin ti, no nos llevamos bien.  Eso dice Alejandro Sanz.

Yo pienso que mi soledad y tú, se llevan mejor sin mí.  Cuando no estás, haces que ella - mi soledad - saque sus mejores destrezas.

No sé cómo me siento.  No sé quién soy con precisión.  Entiendo que estoy un poco ido.  Me fui, cuando tuve que venir.

Desconozco la razón por la que escribo.  No pienso, no razono, no soy ni sé.  Estoy en mis días, lo acepto.

Tengo ganas de tomar tres copas, escuchar las olas del mar.  Sentir el calor de la playa.  Amar a una mujer, sin saber quién es, pero con la conciencia de que mañana no me preguntará si la amo.  ME dará, por fin! la libertad de simplemente ser.  Cuando preguntamos "me amas?" estamos condenando la relación a esa respuesta.  Puede ser que alguien te ame, pero que luego te deje de amar.

Quisiera bailar, aunque francamente no sé ni cómo hacerlo.

Me gustaría besar a mi mujer, aquella que amo.  Tomar su mano, decirle "te amo", darle un ramo de rosas rojas.

Pero también quisiera amarla sin que me ame, sólo para saber que es cierto que la amo.

Estoy en mis días, supongo que es algún efecto lunar.  Quiero odiar a alguien, amar a dos.  O tal vez no quiero nada de eso.  O todo de eso.  Quién sabe.

Pienso que...no! es mentira! no pienso!

Te extraño.  Me gustaría llamarte.  Pero al llamarte no me dirás que me amas.  Y si no me amas, no quiero hablarte.  Eso es egoísta.  Muy egoísta.

Si un día amaneces con ganas de amarme, pues, siempre te amaré.


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