domingo, 10 de octubre de 2010

Una carta a mi novia

Querida novia:

Esta es la primera vez que me dirijo a ti por este medio, al menos la primera vez como tu novio, oficialmente (admito que eso de ser tu "novio" provoca cosquillas en mi estómago, es un placer que también tú seas mi novia).

Quiero decirte que no fue fácil conquistarte, de hecho, ha sido toda una travesía llegar hasta tu corazón.  ¿Recuerdas cuando te confesé que estaba enamorado de ti y me pusiste cara de "tonto, nosotros sólo somos amigos"?  Vamos, ¿recuerdas cuando me dejaste plantado? según dijiste la noche que finalmente me diste el "si", lo hiciste por nervios.  Por cierto, ese "si", llegó después de haberte preguntado que cuándo me lo darías varias decenas de veces.

¿Recuerdas la primera vez que te dije "te amo"?, ¿recuerdas mis largos e-mails que nunca contestaste pero que te morías por seguir leyendo?, ¿recuerdas los regalos que te dí y que usualmente te dejaban "sin palabras"?  Claro! cómo no vas a recordar esas cosas, fueron causantes que hoy seas mi novia.

Debes saber que cuando no te hablé, era porque te amaba.  Y cuando te aburrí con mis palabras, era porque también te amaba.

Te cuento también que tu hermana fue mi cómplice todo el tiempo.  Ya sabes, era mi fuente más cercana a tus sentimientos y una que otra vez te dijo cosas que yo le pedí que te dijera.

Ok, confieso, admito que la vez que te llamé a las 3:00 tenía media hora de estar dando vueltas en la cama, hasta que me armé de valor y tuve el privilegio de escuchar tu voz adormitada al otro lado del teléfono.

Ahora que eres mi novia, me ahorraré preguntarte si puedo darte un beso, reconozco que la primera vez que lo hice me temblaban las piernas.  Una vez, te pedí un beso mientras estabas en el carro a punto de irte, tu hermana me regañó por haber hecho eso, me dijo que "aún no era el momento" porque tú eras como una niña pequeña que se asustaba con ese tipo de cosas.  No supe si creerle o pensar que era parte de un plan para alejarme de ti lenta y amablemente.

Querida novia, mi propósito es servirte, provocar una sonrisa en tu rostro, que llegues al cielo lo más pura posible.  Ya sabes, aunque no conozco las obras de Picasso, seguramente tú eres la mejor obra de arte de Dios.

Aprovecho a contarte que para mí, tu mirada tímida rebelde, seguida de tu increíble sonrisa, son las primeras dos maravillas del mundo.  Las otras cinco eres toda tú.

Y también debo hacerte ver que disfruto los nervios de tus besos inexpertos y cortos.

Mmmmmmm....he notado que te gustan mis ojos y que no lo sabes disimular.

Te pido un favor, camina erguida en la calle, presume que eres mi novia.

Jajajaja, aún recuerdo el escándalo infantil que hiciste (demostrando tu inmadurez y carácter endeble) cuando le hablé a una amiga tuya para pedirle que te dijera "te amo" de parte mía.  Recuerdo que dijiste que eso te comprometía a algo que no querías (el tiempo hizo que te tragaras tus palabras, tontuela); nunca supiste responder con argumentos sólidos e inteligentes a qué te referías con eso.

Amé los desayunos blancos en McDonald's y tus "no sé", que sólo evidenciaban que cada día te enamorabas más y más de mí.

Como eres mi novia, eres la mujer más increíblemente feliz en esta tierra y como soy tu novio, soy el hombre más increíblemente feliz en todo el mundo.  Eso prometimos, ¿recuerdas?

Te amo.

Post data uno.  Te llamo en la noche.

Post data dos.  El 10 del 10 del año 2010, estaba en la Iglesia y como casi nunca me ha pasado en esta vida, como contadas veces, mientras le decía a Dios que EN ESE MOMENTO respondiera ya sobre ti, pasó lo que casi nunca pasa: alguien se acercó y otra vez, me dijo "lo que has pedido, ya viene".  Esta carta debí haberla escrito en una fecha que aún no conozco.  Así que hoy no sé qué fecha es.

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