miércoles, 22 de septiembre de 2010

Tengo una lágrima en el corazón y dos en cada ojo.

Sé que debí proteger mi corazón, cuidarlo y no lo hice.

Sé que intentando hacer algo bueno, hice algo malo.  Ahora sé qué significa hacer cosas buenas que parecen malas.

Ahora sé cómo se siente un hijo que sin importar lo que haga, jamás estará a la altura de lo que su madre o su padre, le exige.

Ahora comprendo lo que siente una esposa que da su vida entera y a cambio sólo recibe indiferencia, malos tratos y cualquier otra cosa, menos amor.

Ahora sé la impotencia que siente el pobre por querer ser rico.  Ahora sé lo que la gorda piensa cuando anhela amanecer flaca, pero comiendo lo que ama comer.

Ahora entiendo de mejor forma lo que sienten los que dejaron de sentir.


Ya no puedo escribir.  Desnudé el corazón y enfermó.



Me atravesaron por la mente todas las vulgaridades que existen en Guatemala en este momento.

Espera.  Ya sé, ya sé.  "No es para tanto".  "Bueno, sí es para tanto, pero tranquilizate".  O mejor un "desahogate, decílo todo".  Jajaja.  


Mi ofensa más grande es a Dios por no haber guardado mi corazón.



Ahora, sin importar lo que haga seguiré amando a la bendita mujer que en vez de agradecerme, me aleja.  Ahora, sin importar lo que haga seguiré a mando a la mujer que en vez de quererme un poquito más, me quiere un poquito menos.  Quisiera ser como ella y quererla cada vez menos.

Entre más la amo y más se lo quiero decir, menos me funciona la cosa.

Gracias a las más de siete mil personas que los últimos cuarenta días han visitado este blog.

Este blog que fue bonito.

Es broma.

Te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario