miércoles, 1 de septiembre de 2010

De las llamadas

Sin tanto preámbulo, la llamada entraba directa. Contestaba una máquina con voz femenina "el número de buzón al que desea comunicarse no existe". Asumo que al no estar habilitada la línea (cosa que yo sabía) y tratar de localizar un buzón de entrada, no encontraba nada, razón por la que esa operadora impersonal me hablaba así.

Llamé casi todos los días. Vaya, para no exagerar, llamé muchas veces. Cada vez, con la esperanza de que no me contestaras. Suena ilógico. Pero en caso de escuchar tu voz al otro lado, sería bonito y lo bonito quieres alargarlo. Casi no uso el teléfono y las veces que lo uso es para recibir llamadas, no llamo a nadie, prefiero lo personal o escribirle una carta o algo.

Por esa manía de escribir prefiero comunicarme por internet. Soy mejor escribiendo que hablando.

Mi mamá me pregunta por qué llamo de madrugada y la verdad no tengo respuesta. Sólo me gusta la sensación de "diantres! me despertaste en lo más profundo de la noche", pero lo hago con toda la nobleza que puedo.

Se te aprecia, se te ama.

Soy un descarado. Te digo que te amo y no me importa nada. Me gusta escribir de esto, no es un mero capricho o trauma, es lo que mucha gente espera y es una de mis primeras excusas

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario