Escuchaba "Kiss me" de Sixpence None The Richer en mi celular. El aguacero arreció; justo entonces apareció la mesera con un café capuchino y el pastel de queso y elote que pedí en caja.
Vi las gotitas de llovizna en la ventana que daba a la calle. Unos niños saltaban alegres sobre los charcos, unas señoras corrían buscando un techo y dos enamorados se comían a besos con uniforme escolar, como si no estuviera lloviendo.
Saqué un cuaderno y escribí esto:
Tengo muchas preguntas, unas de la vida, otras del amor, pero todas las respuestas son tú. Tú eres lo más certero de mi vida. Sé que te amo y sé que lo sabes.
Te amo como tal vez nunca supe amar a alguien.
Quiero decirte aquello que siempre quisiste escuchar.
Quiero verme como lo que siempre has querido tener frente a tus ojos. Pero quiero ser lo que soñaste, sin dejar de ser lo que yo siempre soñé ser.
Quiero...(entró una llamada tuya, sentí un sobresalto en el estómago al ver tu foto y tu nombre en la pantalla de mi teléfono. Dijiste que estabas por llegar pero que el tráfico estaba horrible, porque cuando llueve siempre se agudiza).
Continué...
Quiero...(la mesera interrumpió preguntando si podía servirme algo más).
De nuevo intenté...
Quiero...(un carro a toda velocidad mojó a los niños que jugaban con los charcos en la calle y eso me distrajo).
Ahora sí me dispuse a terminar de escribir...
Quiero...y entraste tú por la puerta principal. Radiante, sencilla, tímida, sonriente. Me buscaste con la vista, yo te abracé con mi mirada.
Me paré y me besaste los labios. Sonreí con entusiasmo, te abracé fuerte, sonreíste, preguntaste qué escribía, respondí que sólo algo para distraerme mientras llegabas. Prometiste leerlo luego.
Esto lo escribí cuando te enamoraste de mí y yo de ti; cuando después de todo, tus "no sé" se convirtieron en el "si" que tantas veces pregunté cuándo me lo darías.
Esto lo escribí cuando tu felicidad fue mejor de lo que ya era.
Esto lo escribí en el futuro.
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