martes, 17 de agosto de 2010

Relato del Centro Histórico

En el Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala nos encontramos en pleno XIII Festival.  Es precisamente el Festival del Centro Histórico.

Caminé de la séptima calle y cuarta avenida hacia la sexta calle y décima avenida, de la zona uno.  Así se escriben las direcciones en Guatemala, para quienes desconocen por completo a qué me refiero.

Caminé, pasé por un antiguo teatro abandonado.  Seguí caminando llegué a la Biblioteca Central y el Archivo General de Centroamérica e imaginé que muchas personas ni siquiera conocen la biblioteca de su ciudad.  Allí ahora es un paso peatonal, los carros ya no circulan más.  Vi lustradores (limpiabotas), personas dando discursos en el Parque Centenario (Parque Central o Plaza de la Constitución), varios campesinos indígenas con banderines, aglutinándose para hacer una protesta, observé el enorme e imponente Palacio Nacional de la Cultura, donde antiguamente se encontraba el presidente en turno, ahora es un lugar de oficinas de estado y museo.  Vi la Catedral Metropolitana, cientos de palomas volando sobre ella, niños corriendo, hombres sentados en el parque, pasando el tiempo.

Vi el Portal del Comercio, escenario principal de la famosa obra del "El Señor Presidente" del Premio Nobel de Literatura guatemalteco Miguel Ángel Asturias; vi también algunos restaurante y cafés que son nuevos en la zona, me parecieron por demás acogedores y dignos de ser visitados algún día por mí.  Escuché a unos manifestantes que gritaban sus demandas al Gobierno.

De pronto, alguien, por medio del sonido de bocinas dijo "El pueblo unido..." y la gran masa respondía "jamás será vencido".  Por segunda vez dijo "El pueblo unido..." y yo musité "jamás será vencido".  Me dio ganas de quedarme allí y ser solidario con los indígenas, quienes demandan atención.  Ellos quieren que se regularice la explotación minera, esa explotación que afecta sus viviendas, la calidad de sus ríos (que para ellos son sagrados, al igual que la tierra) y que con el tiempo afectará a toda la nación.  No sé por qué el resto de guatemaltecos no los apoya.  Más bien los discrimina.  Creen que es gente que quiere que el gobierno solucione sus problemas y eso es mentira. Buscan una solución integral para apoyar a las comunidades.

Caminé, llegué al Mercado Central.  Los olores venían desde el sótano de ese lugar.  Olía a verduras vírgenes y justo entonces supe que esto lo escribiría esta noche.

Una artista, como parte del Festival del Centro Histórico, colocó unos cubos de cristal en diversos puntos del país.  Quería representar lo frágiles que somos los guatemaltecos y lo indefensos que somos en la calle, en un país como el nuestro.  Colocó varios en diversos puntos.  La mayoría, sólo pasaba observando el cubo, con indiferencia, otros se detenían un poco, pero al final todos se iban.

Uno de los cubos fue apedreado y se quebró.  Otros dos se lo robaron.

Así de frágiles somos en la calle.  Pero sobre todo, puede pasar cualquier cantidad de personas y sólo observarán, con indiferencia, cómo se roban, cómo abusan.  Todos se lamentan y se sienten bien por sentirse mal, pero nadie hace algo.

Bendita muestra de arte que representa lo frágiles que somos y lo indiferente que somos ante esa fragilidad.

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