lunes, 16 de agosto de 2010

Algunas cosas que no son ciertas

Dicen que cuando hay amor, las distancias no importan.  Yo creo que sí importan, sino pregúntenle al chico que no puede ver a su amada tanto como quisiera, debido al espacio físico que los separa.

Dicen que cuando hay amor, no importa que no se vean tanto.  Pienso que sí importa.  Pregúntenle a la chica que ve un día a la semana al amor de su vida.  Lo ve unas horas y pasa pensando en él los días, esperando que la semana pase rápido para volver a encontrarse y fundirse en un abrazo de nuevo.

Dicen que los hombres ya no somos románticos.  Es mentira; las rosas se siguen vendiendo, los mensajes de texto siguen aumentando según las estadísticas de las redes de telefonía celular, cada 14 de febrero los restaurantes no se dan a basto, las canciones de la radio siguen siendo dedicadas y otros, como yo, seguimos escribiendo.  Todos, con la esperanza de conquistar a quien amamos.

Bajar la luna y las estrellas es utópico.  Querer tener, poseer el corazón de alguien es imposible.  Conquistar cada uno de los sentidos de una chica y provocar su sonrisa y un "te amo" es toda una travesía que vale la pena sufrir.

Dicen que para el amor, nada es demasiado.  Mentira.  El que ama respeta el tiempo de la otra persona, no pretende estar "pegado" a ella todo el día, disfruta los momentos a su lado y disfruta los momentos sin ella, extrañándola y honrándola.

Dicen que para el amor nada es demasiado.  Pregúntenle a aquel que ha dedicado gran parte de sus horas, de su dinero, de sus pensamientos, de sus mejores inspiraciones para la chica que nunca tiene siquiera la gentileza de contestarle cualquier cosa, lo que sea, si piensa lo mismo.

El que ama protege tus sentimientos, aún en contra de su propio placer.

Dicen que el tiempo todo lo borra.  Eso es falso.  El amor nunca deja de ser y el odio se vuelve rencor.  Lo que pasa es que con el tiempo, olvidas, a veces.

Mi amor te lo llevaste, cuando nos despedimos.

Mi amor lo ignoraste, cuando no me hablaste.

Mi amor lo honraste, cuando decidiste aceptar mi invitación, mi obsequio y sonreír, sólo ser gentil.

Mi amor, eres tú.

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