jueves, 29 de julio de 2010

Segunda parte

Omar tenía la idea de que Roxana se dio cuenta de su amor por él cuando el destino le imposibilitó estar a su lado; él estaba seguro que ella siempre lo amó, al menos que los consideró como el principal candidato.

Por supuesto, Omar nunca le confesó su amor, era demasiado tímida; timidez que heredó de su madre. Su madre era alta, blanca, de ojos grises y poco expresiva. No era incapaz de sentir amor, sólo de expresarlo. Omar jamás escuchó frases cariñosas de su madre, aunque tenía certeza de su amor. Así que tal vez por eso creía que Roxana lo amaba, aún sin decir algo. Y no se equivocó del todo pues ella siempre lo analizó como alguien "interesante", y el "interesante" de las mujeres es importante, esperanzador.

Se conocieron un día que llovía y ambos esperaban el bus en la estación, que no tenía techo. Ella estaba con un paraguas y él mojándose; Roxana, al verlo desprotegido le ofreció que podía refugiarse, si quería, con ella. Él aceptó. Como todos los hombres, la escaneó y concluyó que no era ni fea ni bonita, sólo una mujer aceptable.

Subieron al mismo bus, se sentaron juntos, hablaron sobre el clima y sus cambios, provocados por el calentamiento blogal, según decían todos.

Al final de la ocasional charla, se dieran cuenta de que estaban en la misma clase, pero como todo novato, no levantaban la mirada más que para ver la pizarra.

Desde entonces, lo que restó del semestre, se hicieron inseparables. Él la empezó a ver bonita y agradable; ella interesante, raro y "diferente al resto".

Omar estaba preso, acusado de terrorista. Un día caminando frente a la embajada de los Estados Unidos, botó accidentalmente un llavero y se detuvo para recogerlo; alzó su mirada al edificio consular y pensó en sacar una fotografía. En menos de lo que pudo pensar, dos policías lo tenían apresado y sin saber por qué, pronto estaba en tribunales. Los gringos, fríos a su manera, lo consideraron una amenaza para la patria; Omar alegó e incluso se valió de sus primeras clases de INTRODUCCIÓN AL DERECHO que recibió el la facultad, pero nada le valió. Su sentencia: diez años, mismos que podían ser reducidos a la mitad si demostraba buen comportamiento.

Habló con Roxana y ella, al recibir la noticia, sintió una puñalada como la que se siente cuando alguien te traiciona. Se sintió profundamente ofendida y traicionada, se sintió ridícula y triste. Pensó que el destino le había jugado una mala pasada, porque siempre que creyó sentir algo por un hombre, huyó o terminó por descubrir que aquello que creyó sentir, no era tan real como para dejar que el chico se acercara a ella, y ahora que estaba dispuesta a correr riesgos, el tipo se iba preso.

La sentencia fue dictada en tiempo récord, a razón de que un terrorista no puede andar suelto. Roxana soñó a Omar esa noche, y sintió ternura inmensa por él. No estaba enamorada, sólo extrañaba aquello que ahora era imposible.

Ella siempre esperó enamorarse así, de repente, como en las películas: cuando menos lo esperas, cuando estás desprevenido. Esperó no razonar , no sufrir, no buscar, sólo sentir el flechazo de cupido. No quería hacer algo, pero eso sí, su terror por equivocarse y salir lastimada era inmenso; ¿cómo quieres no equivocarte si sólo esperas un golpe cósmico del destino o de cupido, y no estás dispuesto a hacer algo, a arriesgarte, a pensar? porque el amor no se razona, pero a quién decides amar, sí. El amor es una decisión, es decidir amar a alguien todos los días a pesar de sus imperfecciones. El amor es tener la libertad de escoger amar a cualquiera y de todas formas, elegir a la misma persona.

Empero, Roxana tenía una razón para tenerle miedo al sufrimiento que puede provocar amar y no ser correspondida. La razón era un asunto de justicia, pensaba que la vida le cobraría todo lo que había hecho, porque aunque nunca fue intencional, hirió muchos corazones, siempre quise ser feliz y en segundo plano hacer feliz a la otra persona, pero nunca lo logró. Tal vez porque era muy distraída.

Siempre descubrió que cada chico, no era suficiente. Ella pensaba entonces que le cobrarían todo junto, porque siempre fue un atentado para la sociedad. Muchos se enamoraron de ella, aquella que nunca quiso, hasta entonces, enamorarse.



CONTINUARÁ.

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