jueves, 29 de julio de 2010

La más fea

Pronto cumpliría quince años. Sería presentada ante la sociedad como una mujer. Pero eso, lejos de emocionarle, la tenía preocupada.

Físicamente nunca fue muy atractiva y ella estaba consciente de eso. De hecho, se sabía que no respondía al prototipo de belleza femenina; y no era simplemente por un prototipo, sino que realmente no era bonita. Existen mujeres bonitas, mujeres increíblemente bonitas, mujeres no tan feas y mujeres feas, ella definitivamente no era bonita ni increíblemente bonita, y lo sabía muy bien.

Sin embargo, su condición de fea nunca le dañó el autoestima. Al contrario, siempre tuvo una robusta estima y todo fue de maravilla.

Todo eso, hasta que se dio cuenta de que nunca fue cortejada por ningún chico en la secundaria, no había tenido todavía su primer novio, nadie le dio una nota de amor, ningún chico le mandó a decir con otro que le gustaba, nunca la molestaron en su clase con alguien a quien le gustaba ella. El día de San Valentín, jamás recibió regalos, tarjetas, peluches o rosas. Sus pretendientes nunca la llamaron a altas horas de la noche para hablar durante largos minutos; nunca la cortejaron con mensajes de texto, e-mails o de cualquier forma, y es que en realidad nunca tuvo pretendientes.

Gala, como era su nombre, nunca recibió visitas sorpresa de algún chico en la sala de su casa. Nadie le silbó en la calle, ni siquiera abusivamente. Ella en definitiva, jamás tuvo ocasión de leer un blog como éste en su honor. A la hora de las fotografías, en el colegio siempre era a la que le pedían favor que fuera quien las sacara, no importaba si ella no salía, al fin y al cabo era muy fea.

Nunca nadie la invitó al cine el domingo por la tarde o el sábado, ni ningún día entre semana por la noche (en realidad sólo conocía el cine porque salió un par de veces con sus primos); nadie la invitó a comer ni a pasar las vacaciones con su familia. Gala era amable y muy divertida, pero fea.

Ser feo en esta sociedad es casi un delito.

Y, siendo conscientes, aunque hay de algunos que dicen que no hay mujeres feas, sino que gustos diferentes, ella rompía ese molde. En realidad era fea. Simplemente su gracia, no era el aspecto físico.

Escuchó suficientes veces que le decían que la belleza externa no importaba, porque se terminaría y lo que quedaba era lo de adentro. Eso, claro, siempre lo dicen las bellas, las bellas conscientes de que su belleza acabará ciertamente, pero cuando termine ya habrán experimentado todas aquellas cosas que una chica de casi quince años de edad, le gustaría experimentar.

Así que cumplir quince años era algo triste. En su fiesta nadie querría bailar con ella (por qué querría hacerlo alguien, si los catorce anteriores años, nadie quiso), en su propia fiesta las fotografías con la agasajada no serían las más solicitadas; los chicos no harían fila para fundirse en un abrazo con ella aprovechando la ocasión. Las abuelas y tías viejas no harían comentarios del tipo "qué bonita está la niña, cómo ha crecido"; para Gala, no había motivos de celebración. Más bien, todo sería llanto, lo sabía, lo sabía en el fondo. A ella en verdad nunca le molestó el autoestima su condición de fealdad, pero en las noches de soledad en su habitación, en lo más profundo de su alma, maldecía por haber nacido fea y lloraba de tristeza (no de envidia) al ver que sus amigas salían con chicos.

Ella quería al menos saber qué era que alguien te parta el corazón. Al menos, atrajiste a alguien; ella no. Ella ni siquiera tuvo oportunidad de que alguien jugara con ella, de que alguien se enamorara de su físico y no de su alma. Ella no tuvo ese placer que sienten las chicas en la cola del cine, cuando alguien las desea. Ella nunca experimentó el poder de unos jeans ajustados, jamás atrajo miradas aunque se alisara el pelo con la mejor plancha del mundo.


¿Qué haces si el día de tu cumpleaños número quince te das cuenta que eres tan fea que nadie quiere bailar contigo?

¿Qué haces si nunca nadie te regala nada el día de San Valentín?

¿Qué se supone que piensas si los chicos no tratan de conquistarte, ni siquiera por molestar?



Hoy quiero dedicar este post a aquellas chicas que nunca se han considerado bellas o que alguien asesinó su autoestima diciéndole que eran feas. Ustedes son bellas, desde que nacieron mujeres, tienen la capacidad de conquistar el corazón de cualquier hombre. La belleza no es aquello que dicen que es; uno no se enamora del físico, se enamora de la gracia que adorna su carácter. ¿Nadie te dedicó nunca una carta de amor?, yo te dedico esta nota. Naciste mujer, naciste bella. Ni lo dudes.

3 comentarios:

  1. Me gustaría agregar que lo anterior lo escribió alguien que físicamente nunca se ha considerado bello y que, de hecho, su autoestima ha sido dañada por dar siempre lo mejor de sí, y obtener nada a cambio. Aprecio y agradezco PROFUNDAMENTE a quienes se han enamorado de mí.

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  2. es espectacular el punto de vista que relatas y es por eso que muchas mujeres nos sentimos identificadas con tu relato que aunque pareciera surrealista y poco probable muchas de tus palabras parecieran alucion a mi vida jajaja
    gracias por las palabras de aliento que nos brindas pero al fin y al cabo sabemos que aunque el relato pareciera mentira es real para muchas de nosotras y que eso de ser mujer y ya eres bella es real al final es solo una falcia ,pero gracias por tu esfuerzo y por tus palabras!!

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  3. Gracias por leer. Me alegra que te haya gustado y que algo pudiera agregar a tu vida.

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