jueves, 22 de julio de 2010

De las confesiones y de las admisiones

Convengamos en algo. Lo más difícil de enamorarse, es admitirlo.

Es más, seré tajante. Lo más difícil de enamorarse, es reconocer siquiera que podrías estar empezando a enamorarte.

Cuando tú decides ADMITIR que "estás empezando a enamorarte" o que definitivamente ya lo estás, YA NO HAY VUELTA ATRÁS. Cuando tomas la valiente decisión de admitirlo, mi querido y querida, empezará la parte álgida de ese montón de químicos y experiencias que sentimos y que comúnmente llamamos amor.

Extrañar a la persona, matar por hablarle o llamarle (saber de algún modo de ella, recibir un e-mail, un mensaje de texto, ver a alguien en común para hablar sobre ella), sentir nervios al verle venir, esperar con ansias el día y la hora en que coincidirán, todo eso, vendrá después de haberlo admitido. Aunque en muchos casos sin que lo admitas, eso pasará.

¿No te ha ocurrido que estás esperando como idiota que suene el celular? No sé, a lo mejor por la mera costumbre (en el caso de quienes están siendo conquistados), sabes que tienes un admirador, peor si es de los necios y testarudos (como yo, lo admito) así que es normal recibir mensajes de texto o llamadas "sorpresa" (que ya perdieron el carácter sorpresivo por lo común que se hacen); de tal suerte que al no recibir esas llamadas o esos mensajes, sentirás algo extraño, como si te hiciera falta una parte.

Obviamente también para quienes conquistan, les hará falta enviar ese mensaje o hacer esa llamada, porque es una válvula de escape. Quienes han estado allí coincidirán conmigo en que cuando pasan muchos días sin que hagas eso, sin que utilices tu válvula de escape, se acumula una gran cantidad de sentimientos, de deseos y de cosas por decir; así que cuando finalmente decides hablar de nuevo, desparramarás cualquier cantidad de palabras y detalles bonitos.'


Si admites que estás empezando a enamorarte o que te enamoraste. Mi querido, mi querida, déjame decirte que acabas de ingresar al club de la gente que vive de amor.

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