sábado, 6 de febrero de 2010

Estas cosas sucederán

Pensaré un poco (no mucho) en llamarte cuando ya lo tenga todo en mi mente. A lo mejor, porque siempre imaginamos las cosas de una manera perfecta.

Te llamaré y te propondré ir a un sitio por la noche. Será la primera vez que te invite a una velada; habrá comida, teatro, música y tendré un buen olor (cuidaré de forma especial ese detalle). Todavía no lo sabes, porque falta algún tiempo para que eso pase. En principio dudarás un poco en aceptar la invitación porque es la primera vez que saldremos de noche, sin embargo, siempre la pasamos bien juntos y a la verdad quieres saber qué me traigo entre manos, he sido creativo en la forma de conquistarte.

Yo iré por ti. A ti te sorprenderá verme conducir de noche, pero no dirás una sola palabra, hasta que vayamos a la mitad del camino. Yo te preguntaré si has estado bien, tú dirás que sólo un poco cansada.

Después de eso, sucederán exactamente estas cosas: yo te preguntaré si sabes a dónde vamos, obviamente responderás que no; me dirás que te lo diga, aunque lo dirás con poco ánimo, pues esperas que te sorprenda como suelo hacerlo.

Llegaremos al lugar, tus ojos se iluminarán al saber que estamos en ese preciso sitio de la zona trece de la ciudad de Guatemala. No sabrás con precisión qué estamos haciendo allí. Yo te diré: no abras la puerta.

Me bajaré corriendo para abrirla yo y decirte: esta noche, yo seré el mejor de los caballeros y tú la mejor de las damas.

Entraremos al lugar que estará medianamente iluminado, no habrá frío ni calor, un clima exquisito. Yo pediré un suculento asado y tú me secundarás. Te propondré que brindemos, aunque tú no bebes dirás: ok...pero y ¿por qué vamos a brindar?

Estarás un poco ansiosa sobre qué me traigo entre manos. Sabes que si ese día te pido algo, tú me lo darías, pero tienes miedo, no te sientes lista (como siempre).


Esa noche será especial porque será la primera vez que saldremos como dos adultos que quieren enrolarse de forma romántica.

Querrás abrazarme y decir nada, sólo que pase el tiempo. La obra teatral del tipo cómico nos sentará bien, nos relajará los nervios. A ti de escuchar y a mí de hablar.


Saldremos de ese sitio comentando las escenas más divertidas. Te abrazaré, tú sentirás miedo, pero yo actuaré rápido y te pediré que mires la luna, que casualmente está en su fase llena.

Veré tus ojos fijamente y tú te sonrojarás sin saber qué decir al respecto, ambos reiremos como cómplices.


Entraremos al carro y sacaré una hoja. Tú empezarás a leer esto. Te darás cuenta que las cosas no han sucedido tal cual las describo, pero que en términos generales soy increíblemente romántico, por tu mente pasarán las imágenes de cada uno de los detalles míos para contigo; la vez que te regalé un llavero con la fotografía de ambos y tu dibujo animado favorito, la vez que te dije "te amo" y me temblaba todo el cuerpo; el día que te aseguré que no me estaba "muriendo por ti", porque yo definitivamente ya estaba muerto. Recordarás la vez que probé unas galletas que tú hiciste (aunque años después me enteré de que no sabes cocinar y que las compraste); recordarás las veces que dejé de hablarte sin sentido y justo en ese pensamiento interrumpiré tus ideas con un: SABES QUE TE AMO CON TODO MI CORAZÓN, ¿VERDAD?

Tú suspirarás y asentirás con la cabeza. Yo estaré nervioso, pero increíblemente seguro de que ha llegado el momento de dar el siguiente paso. Pensaré en hoy que escribo estas cosas.

Repito, todo esto no lo sabías, porque no había sucedido, hasta hoy.

Pensarás que si me acerco lo suficiente podré robarte un beso, pero sobre todo pensarás que tú no podrás resistirte en caso de que me armase de valor y tomase esa decisión.

Agregaré a mi declaración de que te amo con todo mi corazón exactamente esto: y además de amarte con todo mi corazón, también me gustas, lo cual es curioso en mí.

No dirás algo, sólo analizarás y recordarás cada una de estas palabras. Vendrán a tu mente canciones románticas.

"¿Puedo besarte?", preguntaré porque suelo preguntártelo y tú asentirás con un nervioso "mjm".

Entonces sentiré que mi vida fue hecha para ese momento. Será un beso pausado, tembloroso por los nervios novatos de ambos.

Nos iremos y justo antes de que tú te bajes a gritar de felicidad en tu habitación, te abrazaré y te diré: te amo, todavía.

Esa frase que te he dicho tantas veces tendrá más sentido que nunca.

Guardarás esta hoja y pensarás que Dios no se equivocó y que valió la pena la espera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario