domingo, 3 de enero de 2010

Hoy, domingo por la tarde, no sé dónde estás, cómo te va o quién está a tu lado.

Veo el televisor, las noticias me recuerdan a ti; no por algo, no con causa, sólo con efecto; no por ti, si no por mí.


Quisiera que supieras que estoy pensando en ti, que de hecho no puedo dejar de hacerlo y que me río sólo cuando recuerdo nuestras cosas. No sé si soy verdaderamente idiota al escribir esto, no sé si te parezco ridículo cuando te digo "te amo" un día y al otro ni siquiera te hablo.

No sé si me veo como tonto al no hablarte, pero los nervios me matan, además no quiero molestarte. Me crucifican mis propias ideas de hacerte daño; debería aborrecerte por hacerme sentir lo que siento sin tener paz, pero te amo.

Debería ignorarte con todo el coraje del mundo, pero te amo. Quisiera saber cómo es enojarme contigo, pero te amo. En verdad, apreciaría mucho tener el talento de simplemente no sentir, pero inevitablemente: te amo. Me gustaría mucho no suspirar cuando veo los lugares donde estuvimos juntos; sería genial saber que al menos piensas en mí, pero ni siquiera tengo esa ilusión, porque la cruel realidad pesa demasiado a la par de ese deseo tierno, pero torpe.

Iría a cualquier lado para curar mi adicción a ti. Suena idiota, pero es sencillamente así.

¿Sabes?, a veces pienso que no soy tan molesto como creo; a veces, sólo a veces, considero que quizás tú no tienes nada en contra de mí, que no te caigo tan mal, como me martirizo creyendo. En ocasiones, como hoy precisamente, tengo el atrevimiento de imaginar que probablemente te agrado y que hasta te caigo simpático; pero al verte reír con otra persona, mis ideas se derrumban. Al acercarme a ti y notar que no es de tu agrado, se desmoronan esas ilusiones.




Eres increíblemente imperfecta y eso es lo más fantástico: te amo tal como eres. Sueño luchar a tu lado por ser mejores cada día.


A esta hora me martirizo; a esta hora tal vez estás durmiendo, como sueles hacerlo; quizá platicas con tu familia o a lo mejor estás en el cine con el grupo de falsos amigos que te rodean. Quizá no haces nada, pero casi podría jurar que no piensas en mí, que yo no me aparezco en ninguno de tus pensamientos, ni en los buenos ni en los malos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario