viernes, 23 de octubre de 2009

Machos

Hay tantas cosas que ni qué.

Varias personas – especialmente mujeres – me han preguntado sobre qué es lo que me gusta de las mujeres o qué es lo que a los hombres en general nos atrae del género opuesto. Si me hablan del aspecto físico no tengo preferencia aunque suelo fijarme en los ojos – la mirada –, los labios y el cabello.

Si en cambio quieren saber qué me gusta de ellas interiormente, respondería que es la pureza, la honestidad, la espontaneidad, la capacidad de asombro y de sueños, la inteligencia, entre otras cualidades que quizás en este momento no tengo presentes para mencionarlas.

Sin embargo, no hay un prototipo de mujer que, particularmente, me resulte atractiva; es más bien un cúmulo de cualidades (físicas y espirituales) las que logran una conquista silenciosa.

Menciono eso porque la mujer se ha estereotipado por los medios masivos de información; si la chica no es alta, rubia, delgada y con unos pechos impresionantes sencillamente NO TIENE OPORTUNIDAD. Es fea, nadie la verá y terminará como una solterona en casa de sus padres. Eso es, mis queridos, totalmente falso.

La mujer es más que un objeto de placer. Las gentes (no personas y menos hombres) que sólo tienen a las mujeres para “quitarse las ganas”, han dejado la verdadera hombría escondida en algún lugar remoto. Ser hombre mis queridos, es no soportar tener relaciones sexuales con ella, pero aguantarse porque no es lo mejor para ambos. Ser hombre es proteger los sentimientos de la otra persona, es cuidar, consentir y regañar (cuando es necesario) a tu pareja.

Machos. Qué cosa más ridícula. Parece que el término “macho” implica mayor hombría o algo por el estilo, pero es una mentira.

A lo mejor por eso hay tantas mujeres que fingen placer; talvez por eso mienten con un quejido, que bien saben, hace que su pareja se sienta feliz, satisfecha por una mentira. Ja, cumplir con la tarea. Qué vergüenza.

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