viernes, 23 de octubre de 2009

Recordando

La música italiana y francesa, la de acordeones me hace recordar paseos familiares en la Avenida Reforma de la zona 10 de mi país. Es una zona burguesa, llena de restaurantes, discotecas, turistas; en esa avenida ancha de varios carriles que culminan en El Obelisco, se encuentran varios monumentos destacables; después de El Obelisco, se continúa esa calle sobre la Avenida Las Américas, donde hay también varias plazas como homenaje a distintos países de América. Los domingos en medio de esa avenida, hay niños jugando, cabras que jalan carretas con niños (costumbres curiosas de Guatemala) y un sinfín de vendedores.

Pero menciono eso porque tan sólo escuchar las notas de una canción de acordeones o la orquesta de Ray Conniff me hacen recordar eso. Me hacen pensar, mi imaginación se eleva y no puedo parar. Eso fue quizás entre los 8 a los 12 años de edad. Acostumbrábamos a salir los fines de semana a esos restaurantes de la zona 10, a un centro comercial de nombre Unicentro, a comer en Pollo Brujo (comida mexicana que ahora es cara y de menor calidad, según yo) o simplemente a estar allí, quizás porque eso es lo que muchas familias hacen.

Ahora que he crecido, prefiero caminar por el Parque Central del centro de la ciudad de Guatemala. Ver el Palacio Nacional de la Cultura, la Catedral Metropolitana y recorrer el centro histórico, con el riesgo de ser asaltado en cada esquina. No desprecio un viaje burgués, pero me gusta más sentirme identificado con las raíces de este país de tanta variedad y riqueza. Disfruto ver el Mapa en Relieve que está ubicado en el Hipódromo del Norte, en la zona 2 capitalina. Dicho mapa es una de las atracciones de la ciudad capital, pues tiene a escala toda la topografía guatemalteca.

Unas notas de música, pueden evocar gran cantidad de recuerdos. Cuánto más una persona, cuánto más una mirada. De recuerdos no se vive, pero se alegra la vida. El pasado es inmóvil, inútil para el presente y caduco para el futuro, según dicen. Pero el pasado es indudablemente el causante de nuestro presente. Las decisiones que tomaste hace varios años, afectan en la actualidad tu vida y la actualidad de tu vida determina precisamente tu futuro. Así que no desprecies el pasado, él es tu presente y ese presente establece el futuro.

No importa. Qué bonito es recordar y suspirar.

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