miércoles, 2 de septiembre de 2009

LA MUJER DE MIS SUEÑOS

Una amiga me dijo alguna vez: “siempre que no sepas qué decisión tomar o que haya una tentación muy fuerte, recuerda y piensa en la mujer que siempre has querido para tu vida”. No supe que decir, pero sé que fue una solución muy atinada.

La mujer de mis sueños no es un prototipo. No es una chica con determinadas medidas o color de piel y cabello. La mujer de mis sueños es la que sobrepasa mis realidades. Es la que no es perfecta, pero sí es exacta para mí. Y esa exactitud no se mide en las similitudes de caracteres, sino precisamente en las diferencias.

Por supuesto que si fuera muy parecida a mí, congeniaríamos más fácil y rápidamente nos enamoraríamos (supongo). Pero yo creo que las grandes atracciones surgen de las grandes diferencias; por supuesto, debe haber un punto de enlace, de conexión, un punto donde converjan las vidas del uno y del otro. Quizás ambos aman con toda su alma una profesión, quizás aman un atardecer playero, talvez los dos adoran escalar montañas, LO QUE SEA SIRVE.


Soy un hombre que se equivoca. Soy un hombre que no le gusta equivocarse. Soy un hombre que le tiene miedo al sufrimiento y al dolor provocado por malas decisiones, por equivocaciones. Soy un hombre con esos mismos miedos que TODOS tenemos. Pero por supuesto que eso no limita mi actuar. El que no corre riesgos, no alcanza muchas cosas. Y ese “no limitar mi actuar”, no implica una vida en desorden ni probar de todo justificándome con esa frase. No limitar mi actuar quiere decir vencer el miedo, sobreponerme a ese pavor a las cosas nuevas, perfectas y buenas, e ir tras ellas; no limitar mi actuar es ir tras algo. Conquistarlo.

Me río y disfruto cuando noto que la mayoría de personas solteras (a partir de la adolescencia) están preocupadas por encontrar una pareja romántica. Normalmente para “sentirse especiales” o “porque me gusta”. Nunca una respuesta inteligente, nunca un razonamiento más interesante. El amor, mis queridos, efectivamente no se razona. Pero las decisiones que yo tomo hoy determinan mi futuro. Claro que hay que pensar que esa persona será la madre de mis hijos, la abuela de mis nietos, la nuera de mis padres, la tía de mis sobrinos y la cuñada de mis hermanos. Y la familia es importante. La convivencia diaria. Esa convivencia de la que no habla Hollywood en sus grandes producciones cinematográficas de romances y que va más allá de la pasión, que es mucho más profunda que los besos, las cosas románticas o las mismimísimas relaciones sexuales. Es la vida diaria. Tener que despertar con alguien a tu lado con mal aliento y con un aspecto muy distinto al del día en que te flechó. Tener que soportar sus costumbres tan raras y distintas a las tuyas, su mal carácter que no manifestó cuando se empezaban a conocer. Tener que encontrarte con la montaña de cosas malas y feas que tiene esa persona, esas cosas que uno prefiere ocultar para que los demás nos vean perfectos, aparentar algo que no somos. Eso que no está en las novelas, en los libros ni en ningún lado. La vida real.

Claro, ¿para qué escribir de la vida real?, mejor inventar un mundo de fantasía hollywoodense o de Disney. Es mejor así. Así nos escapamos un poco.


No se trata de quién me gusta. Tampoco se trata de con quién quiero vivir, sino de con quién PUEDO VIVIR. Sé que ya he dicho eso más de una vez, pero lo seguiré repitiendo, porque esa es mi certeza, no otra cosa. Yo puedo querer vivir con alguien que me gusta, pero talvez mis gustos no son compatibles con mi carácter y el suyo, y PUNTO!

No está mal que la persona que te gusta, no congenie contigo. Ni está mal que alguien con quien te llevas muy bien y es del sexo opuesto, no te guste.

Personalmente tengo amigas, y escasos – por no decir que no tengo – amigos. Y aunque no sé con precisión a que se deba, sí se decir que no todas mis amigas me atraen románticamente. Todas son bonitas. Les puedo decir que las quiero, les puedo decir que me gustan (entiéndase: mis gustos las perciben bonitas, no va implícito un amor romántico) y seguimos siendo amigos.

La mujer de mis sueños. ¿Qué esperabas leer, una descripción de una persona, el nombre de alguien, perfeccionismo, idealismo? No. El amor no se razona, pero es inteligente. Las decisiones (tal como con quién me quedaré el resto de mi vida) SÍ SE RAZONAN, SE PIENSAN Y DEBEN ANALIZARSE LENTAMENTE, porque define mi vida y sé que todos queremos una vida feliz, próspera, mejor que la que siempre hemos tenido.


Sibalaj utz.

1 comentario:

  1. ahhhhhhhhhhhh hermosoooooooooo me encantooooooooooo creo que todos deceamos algo asi bueno yo en hombre jajaj te quiero mucho .. yo

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