martes, 25 de agosto de 2009

Pensamientos

Esta noche había decidido leer algunos poemas de Pablo Neruda, pero decidí que mejor no.

Esta noche planeaba hablar sobre el pasado, pero no lo haré.

Esta noche no planeaba dormir temprano, pero lo haré.


Una noche. Un día.

Pienso que a algunas personas les gusta tener qué hacer en la noche porque padecen insomnio, mal que gracias a Dios, nunca he tenido. Normalmente a las 20:30 horas es mi hora de dormir, supongo que porque me levanto alrededor de las 4:00 para trabajar.

Cuando sé que al día siguiente no debo levantarme temprano aprovecho para desvelarme, intento soportar todo lo que puedo. De hecho, si estoy con alguien, si tengo con quién hablar, puedo amanecer de pie platicando.

Seguramente ha de ser aburrido platicar conmigo toda la noche. Pero lo he hecho varias veces y nunca con la misma persona. Recuerdo que una vez fue en la casa de una amiga, estábamos imprimiendo una revista. Otra vez estaba de viaje con mi familia y unos amigo. Y así se ha repetido esa travesía para mí.

Feliz, he amanecido, sin problema alguno.

Pero pienso que las noches son todas diferentes. Noches para dormir, noches para no dormir, noches para llorar, noches para reír, noches para sufrir. Hay noches para ver la luna, noches para ver la lluvia.

Noches para abrigarse, noches para desnudarse. Hay noches y también hay días así.


Voy a cambiar mi futuro. Mañana iré a un sitio que puede alterar mis próximos meses, ojalá que sea así.


Agradezco a las 29 personas que están suscritas a este blog. A los casi 20 mil lectores acumulados y a las cinco personas que se consideran "seguidoras" de este espacio. Es un lujo, un honor y un privilegio contar con sus ojos sobre mis letras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario