jueves, 7 de mayo de 2009

De la madurez

Las horas pasan; las agujitas, los numeritos, el sol, nada detiene al tiempo. Todo pasa y todo queda.

Qué emocionante casarse con la chica de tus sueños, pero entiendo que se necesita algo especial para conseguir eso. No me da miedo el sufrimiento porque me he arriesgado en algunos asuntos y he aprendido a hacerle frente al dolor. Pero sí tengo que reconocer que a veces soy un poco reservado y busco estar seguro de los sentimientos de la chica para poder demostrar los míos. Es decir, muestro amor hasta que, si sólo si, ella también siente amor. Eso, he de mencionar y reconocer, que es un defecto pues el amor no es jactancioso ni tampoco necesita correspondencia.

Claro, cuando hay correspondencia decimos que somos felices.

¿Has sentido que se te desgarra el alma?

A veces la tristeza quiere invadirme y me niego a aceptarla porque la vida es mucho más valiosa de lo que ocasionalmente nosotros mismos creemos. De eso, no me cabe la menor duda.

Ojalá que la vida nos sorprenda más de una vez con sus bendiciones, que todo sea mejor de lo que creemos o de lo que imaginamos, que sepamos apreciarlo y que la madurez llegue a nuestras cabezas como un soplo necesario.

No juegues con el corazón de nadie. No juegues contigo mismo. Busca propósito en tus relaciones, deja de ilusionarte con alguien sólo porque te gusta, sólo porque es “lindo” o “linda”, sé inteligente, cuestiónate sobre por qué está inteligentemente correcto estar con equis o ye persona. Eso NO ES QUITARLE la pasión al amor ni tampoco la emoción del enamoramiento; eso es darle sentido, propósito, evitarle dolores a alguien y hacerte un favor a ti mism@.

Un abrazo.

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