domingo, 22 de febrero de 2009

Soñando despierto

Imaginemos esta escena, nada cuesta:

Yo llego, me acerco justo a la puerta del carro de donde ella baja. Le digo un seco, amable y muy dulce "hola"; hago mi mejor sonrisa. Ella responde de la misma forma inmediatamente, con un tono de sorpresa agradable y mostrando su mejor sonrisa (lo cual me derritirá); sonreiré otra vez, como tonto. Ella hará lo mismo, notaré que esta un tanto nerviosa (como cuando nos movemos de un lado a otro viendo para abajo, estamos sonrojados). Antes que ese silencio se vuelva incómodo le diré con un gran esfuerzo, rompiendo paradigmas: "puedo abrazarte?"; ella, como he soñado antes, no dirá nada, simplemente me abrazará; yo tendré ganas de llorar, ella también. No hablaremos por otros tres segundos.

Diré algo que sonará raro, épico, romántico, muy "a mí estilo", como dice ella. Diré: "siempre te voy a querer". Sonará como a despedida, como a romance. Querré decir: "nunca me cansé de esperar", pero no lo haré porque creo que será avanzar demasiado rápido y justamente eso ha sido, según creo, la causa de los fracasos pasados.

Cuando yo pronuncie la frase anterior, ella sentirá una debilidad inexplicable y muchas ganas de llorar, de hecho, llorará. Y dirá entre dientes por las lágrimas y para no ser escandalosa: "yo también". Yo no sabré qué hacer, porque los hombres somos torpes cuando vemos a una dama llorar. La abrazaré porque esa será mi reacción más lógica.

Notaré que alguien nos observa con agrado que "nos reconciliamos", cuando en realidad se trata de algo más que eso, se trata de definir nuestro futuro (soy exagerado verdad?).

Ambos nos veremos fijamente sin decir nada, sólo con ganas de llorar. Así pasarán diez segundos inexplicables, raros, románticos, divertidos y que no olvidaremos por el resto de nuestras vidas. Ella sentirá certeza en su alma, al mismo tiempo que pensará: "lo sabía, es él".

Armándome de un gran valor y dejándome llevar por la atmósfera, pronunciaré las palabras más sinceras de toda mi vida: "ya lo sabes verdad?, te amo". Ella secará sus lágrimas y sobre mi hombro musitará un monosílabo positivo: "mjm". Llorará. Y nadie dirá nada.

Nos abrazaremos largamente hasta que recuperemos la compostura del éxtasis recién pasado. Pensaré "eso es hacer el amor".

Justo antes de caminar juntos, pasará lo que no había imaginado, ella me llamará por mi nombre, como si estuviera lejos, yo voltearé y me besará.



Deseo que eso pase. O que pase algo mejor aún, según la creatividad divina.



Ese es un relato. Escribirlo es sólo una excusa.

¿Cuál es tu excusa?, ¿cuál es tu historia?, ¿cuál es tu Zahir?, ¿qué te atrapa?



Lo que he escrito, es provocado por la sola sensación de algo. Quizás en unos días escriba relatando mi fracaso, pero esta noche he podido soñar y regalarme un post romántico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario