domingo, 13 de mayo de 2012

Creo que todos deberíamos tener amigos, reales.

Pero no todos tienen, seamos honestos.  O al menos, no todos los que dicen ser lo son.

¿Cuántos de tus compañeros de trabajo o de estudio son realmente tus amigos? Aquellos que te pueden prestar dinero y a los que les puedes prestar porque se tienen la confianza mutua de que se lo reembolsarán.  O aquellos amigos a los que les puedes contar cualquier intimidad y siempre te apoyará, después de reírse un poco juntos.

Pero hablo de una amistad verdadera y no de suponer que como son del mismo grupo de estudios, automáticamente son (deben ser) amigos.

Claro que tampoco, mucho menos, me refiero a aquella dizque amistad que se fundamente en una atracción.  Cuando te gusta el chico o la chica, se dicen "amigos", y lo peor, si la cosa no funciona, se dicen "no importa, gané un amigo".

En serio tan desvalorada está la amistad? cualquiera es tu amigo sólo porque saben sus nombres o se comunican online?

O sea: la amistad no son gustos parecidos, coincidencia en un centro de estudios o de trabajo; no es salir a bailar por las noches o ingerir alcohol irrazonablemente.  Ah, la amistad no son eventos aislados y ni aún la suma de todos ellos.

Es algo más profundo, es una condición espiritual, profunda, íntima, que no se ve.  Es una situación en la que uno, ama al otro profundamente.  Se ríen, se cuentan chistes, y sí: también salen a divertirse juntos.

Nomás digo.  ¿Tienes amigos?

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