lunes, 5 de diciembre de 2011

Aluciones

El 28 de cada mes es importante para mí, porque fue el día que la conocí.  Con exactitud, un mes de enero.

La verdad fue todo casual y sin pensar que la conocería.  Presentí, no sé por qué, que era especial, que era alguien importante y la cosa fue pasando natural, sin forzarla.

Con el tiempo noté que sus ojos eran admirables, que su sonrisa era poco forzada y que tenía muchas razones para ser quien es.  Con el tiempo también noté que aunque sí es importante y especial, es sobre todo por aquellas cosas que guarda su corazón y no por todas las cosas que puede hacer.

Almorcé algunas veces frente a ella y pensaba muchas cosas mientras le hablaba.  Disfruté sobre todo ser yo y apreciarla sin esas cosas que contaminan a los seres humanos y que tanto daño le han hecho a los hombres y las mujeres.  No habían máscaras ni tácticas (al menos no de mi parte) y tampoco mentiras o engaños y exageraciones por conseguir algo.  No tenía el objetivo de "convencer" a nadie, sólo quería estar ahí, porque en ese instante me sentía bien, cuando ella estaba allí.


Y quería tomarme un momento para hacerla sentir aludida, recordarle que lo más bonito de ella no es lo que he visto, sino lo que no he visto pero que sé está allí.  Que es imposible que alguna vez haya sido fea, como dijo alguna vez.  Pero sobre todo que las tertulias, las frabullosidades que se le ocurren y el agradecimiento por "además" ser bonita, siguen siendo importantes para mí.


Cada Lunes Santo, será inolvidable para mí.

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