martes, 5 de julio de 2011

A veces querrás saber de mí; tendrás deseos de llamarme. Si me ves querrás besarme o simplemente tocarme.

Ocasionalmente tendrás impulsos por decirme "te amo", razonarás en que la libertad del amor es precisamente eso: decir lo que uno piensa, hacer lo que uno quiere. Después recordarás que lo mejor para ambos, según acuerdo entre los dos, es hacer lo posible porque la distancia se instale.

Tendrás, tal vez como yo, insomnio.  También estará clavada la mirada firme en tu mente.  Tengo en mis recuerdos tus movimientos, todos.  Recuerdo además cuando peinabas tu cabello frente al espejo que se aliaba para ser testigo de las múltiples cremas, del pelo, del cuerpo, de las manos, del rostro, que, según tú, hidrataban todo en ti.

Yo no me fui.  Me quedé para siempre.


Te entiendo, entiéndeme también. Sé feliz.

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