domingo, 24 de julio de 2011

Él recibió un mensaje con una falta grotesca de ortografía donde le aconsejaban alejarse de ella.

Eso pasó justo después de un insulto verbal con palabras dignas de alguien que evidentemente tiene un bajo nivel, también por teléfono. No hubo amenazas ni eso, más bien sólo un consejo.

Él supo para sí que eso sería la gota que se rebalsaria del vaso y que le haría tomar la decisión de alejarse definitivamente de ella. Lamentablemente fue eso y no la simple convicción, aunque él recordó que antes ya lo había deseado: hacer bien las cosas.

Él quiso darle tiempo a ella, a que arreglara "sus cosas".

Ella un día, finalmente, después de dudas, tomó la decisión de terminar todo. Ambos fueron felices porque la vida los reencontró.

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