miércoles, 22 de junio de 2011

Si me vieras sabrías que tengo una sonrisa esplendorosa.  Me siento francamente conquistado.  El amor ha llegado y me susurra tu nombre.  El amor me invita a saber quién eres y a descubrir quién soy.

Jajajaja, estoy verdaderamente feliz.  La luz que irradia tu sonrisa, el color y los matices de tu voz.  Me gusta las cosas "fuera de lugar" que sueles decir pero que por alguna curiosa razón me provocan tanta risa como casi ninguna persona lo consigue hacer.  Amo el silencio de tus palabras cuando no sabes qué decir para impresionarme.  Me fascina lo que has dejado de hacer para acercarte a mí.

Tengo presente el abrazo que me diste la otra vez justo en el momento que me viste, no querías soltarme, me saludaste con amabilidad al oído y me sentí dichoso de ser quién era y de que fueses tú la persona que estaba frente a mí.  Pocos segundos dividieron el instante de felicidad que provocaste al llegar y el beso olvidadizo que nos dimos.

Los tres suspiros que han acompañado estas letras van mezclados con el amor dulcecito que siento por ti.  Ya no soporto el amor.  Es demasiado.

Gracias por llegar.

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