lunes, 11 de abril de 2011

De lo que las mujeres son

Uno de los privilegios más importantes que un hombre, como hombre, puede tener en esta vida, es tomar de la mano a una mujer, a aquella que le ha dado el privilegio de hacerlo, a aquella mujer que ha tenido la delicadeza de aceptar sus besos, sus palabras bonitas, sus detalles, su todo.

Uno de los honores más extraordinarios que como hombres tendremos es ver los ojos de una mujer, decirle "te amo", explicarle que aún recuerdas el momento exacto en que se conocieron, pero sobre todo, jamás pronunciar falsamente ese "te amo".  Esperar al momento y tiempo  adecuado para decírselo.

De las mejores cosas de la vida es escuchar, quitada de la pena, a una mujer, que se siente la más bella del planeta, sólo porque a ti te gusta.  Las mujeres son tan especiales que si les escribes una carta, sienten que el mejor poeta le dedica sus mejores versos y que son ellas las musas que procuran esa inspiración; las mujeres son tan especiales que si les dices "te amo" entienden que quieres estar el resto de tu vida con ellas.

Las chicas son tan especiales que cuando uno les dice "me gustas", verdaderamente perciben que, al menos para ti, es la única mujer, la que entre todas, han decidido amar.

Las mujeres nos convierten un día gris en un día lleno de colores.  Sino tienes plata para invitarlas, ellas invitan y te hacen pensar "la próxima" te toca a ti.  Aunque los dos saben que no es así.  Claro, ser hombre no radica en ser el que siempre invita, ni ser dama en dejarse mantener ciegamente por cualquier hombre.  Por eso ahora cada vez más, uno es al otro, lo que el otro le es.

Las mujeres ciertamente dan su cuerpo, sus sentimientos, su vida, a cambio de que sean lo único que pasa por tu mente.  Las mujeres son un cúmulo de sensaciones variadas que desconocemos a profundidad y que nos sorprende con la misma frecuencia con que el planeta gira.

Las mujeres son capaces de dar hasta quedar en deuda consigo mismas; las mujeres cocinan si se los pides aunque no les guste, son diseñadoras de cualquier cosa (de interiores, de vestidos, de vehículos); ellas sencillamente son nuestra otra parte, la cosa que no tenemos, lo que jamás, aunque quisiéramos alcanzaríamos ser.

Las mujeres son nuestra parte perfecta que encontramos cuando la encontramos a ella.


Usted es...no sé, inspiradora

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