martes, 15 de marzo de 2011

Adiós

No quiero lastimar tu corazón.  No quiero afectar tu alma.  Lo último que quisiera que pasara es que salieras lastimada.

No sé por qué las cosas terminan, pero como en toda historia hay un final, en la nuestra ha llegado.  Y el final no es "y fueron felices para siempre".

Hollywood y Disney, empecinados en decirnos que ser feliz es casarse, dar besos que despierten de su letargo a mujeres, trepar castillos de su cabellera (eso debe doler) y demás fantasías, nos ha mentido demasiado.

El primer culpable de la gran fábrica de ilusiones, son esas cosas que vemos en los cines.  Nadie besa a nadie a la mañana siguiente sin al menos cepillarse los dientes.  Nadie pasa su vida en la cama y más preocupado en cualquier cosa que en trabajar o hacer algo productivo.  En las vidas reales, las personas trabajamos más y tenemos menos tiempo para hacer esos viajes costosos donde milagrosamente conocemos al amor de nuestra vida.

Hoy, con la necesidad de no dañarte, decidí decirte adiós.

No permitiré por ningún motivo tocar tu alma de manera negativa.

No quiero dañar a alguien sólo porque mi inestabilidad y mis cosas raras son así.  No quiero tampoco que pienses cosas malas.

No mereces subirte a la montaña rusa de mis emociones.  Es peligroso.

No quiero que te enamores y luego sentirte usada porque yo no me enamoré, no soy de los que se enamora, soy odiosamente exigente.


Post data.  Éste y los anteriores posts no van dedicados a nadie, favor no darse por aludida.

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