lunes, 1 de noviembre de 2010

Dulcísimo noviembre

En mi país las personas celebran hoy a sus muertos.  Asisten a los cementerios, adornan las tumbas, comen allí y sienten que comparten con el ser querido que murió.  Además, se come fiambre (una mezcla de diversos embutidos y ensalada).

Pero para mí noviembre es un preámbulo.  No es que diciembre sea el mes más bonito del año, como dicen.  Es sólo que a mí me fascina el frío y el viento, la lluvia.  Y aunque usualmente en la parte final del año en Guatemala no llueve, sí hay frío, mucho frío.  En Quetzaltenango, de donde es mi mamá, el frío es intenso y disfruto salir a la calle y regresar con los labios rajados.

Dulcísimo noviembre me gustaría que fuera.  Porque he decidido que mi amor no pasará de este año.  Si no tengo ocasión de conquistarla, he decidido que es porque definitivamente debo rendirme.  Ella no me ama y aunque disfruto enamorarla, creo que es sabio saber reconocer el momento indicado para tomar la decisión de apartarse.  Ella vale la pena, juro que sí.  Pero ahora le daré la oportunidad de mostrarse.  Ahora le toca a ella actuar, ya he vaciado mi alma.  Le he dicho que la amo de todas formas, a estas alturas la certeza que abriga su alma sobre mi amor, no es vacilante.

Hoy mi prima me preguntó que si "ya no estaba peleando con ella" (con la chica que amo) y le respondí que nosotros nos amamos a ratos.


Te amo.  Sé qué quiero de vos.  Tengo absoluta certeza de mis decisiones.  Te amo de 23 maneras, de amo de todas las formas.  Te amo como no sabía que podía amar.  Te amo como nunca amé a nadie más.  Y curiosamente no es por algún mérito especial tuyo, es sólo tu alma.  Tu espíritu, algo que no sé ve y que francamente le desconozco el nombre.


No pretendás no hablarme nunca y que el domingo te sonría como si fuéramos dos grandes, grandísimos amigos.  Yo no soporto la hipocresía.  No soy de los que saluda el domingo, abraza y se hace creer que soy "hermano" del que veo, o que soy un gran amigo de esa personas, sólo por eso.  Hay cosas que se construyen, se edifican.  Es tu tiempo de construir.  Es tu tiempo de edificar.  Caso contrario, entiendo que no. Que no se pudo, que no se quiso.  Edificá amistad.  Edificá amor.  O no edifiqués nada, ni amor ni amistad.  Soy sólo un ser más, seguro hay muchas personas que se encargarán de no hacer notar mi ausencia.  Tu vida no es amarga si yo no estoy.  Tu vida no pierde control si no te hablo.  Es más, ni siquiera te doy oportunidad de extrañarme, lo sé bien.


Te amo.  Dulcísima.  Sos exquisita.

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