sábado, 13 de noviembre de 2010

Carta número quince

Te amo.

Cada vez sé menos de vos.  Me gustaría que leyeras esto.  No sé, estoy medio loco.  Cada vez deseo más que alguna vez leás esto que te escribo.  Es que no sé cómo decirle: cartas, ensayos, alguien me dijo "poemas"; para mí son sólo la forma de comunicarme con vos o con alguna parte de vos o con tu alma o no sé.  Tal vez sólo me libero.   Libero aquello que por diferentes razones no te puedo decir.

Te amo.  Y como te amo, esta carta número quince, quiero que sepás que te amo.  No te amo por tus méritos, porque sólo me has dado motivos para odiarte.  No te amo tampoco por tu belleza física (aunque para mí sos increíblemente bella), pues ya te hubiera encontrado sustituta.  No te amo ni siquiera por cómo me siento a tu lado, porque no paso mucho tiempo con vos que digamos.


Y si querés saber qué quiero de vos, podría decirte "te quiero a vos", "tu corazón" (eso es trillado), o quizás un "quiero que seás feliz a mi lado, porque yo lo soy, te amo".


Pero nada de eso refleja con precisión el amor que te profeso.  Cuando me recuerdo de vos - unas 32 veces por día - un letrero gigante pasa por mi mente y dice "te amo".  No es parte de mi ser romántico, es literalmente lo que me sucede.


Te amo.  Veintitrés veces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario