domingo, 17 de octubre de 2010

Carta número catorce

Hola.

No tengo ni la más remota idea de si alguna vez leerás esto.  Quizás no, aunque supongo que nunca lo sabré, siempre te negás a decirme algún comentario sobre lo que digo en tu honor.

Sólo quería decirte que esta noche te amo intensamente, con toda el alma.

Y es un placer amarte.

Que Dios te bendiga.  A mí no me cabe duda de lo que hay en tu corazón.  Tengo la certeza plena de que las motivaciones de él son puras.

Te recuerdo algo.  Tu vida espiritual está anclada a la mía.  Si no hablás conmigo, las circunstancias te distanciarán de Él.  Si yo no me acerco a Él, vos no te acercás a mí.  Es un círculo.

Te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario