lunes, 20 de septiembre de 2010

Del amor y otras cosas

Hoy iba en la calle y quise anotar, para no olvidarlo, algo que vino a mi mente.  En ese momento me di cuenta de que había olvidado mi portafolio, donde usualmente llevo hojas o algún cuaderno.

Así que saqué un periódico viejo que llevaba en mi mochila y anoté esto como pude:

Dame una idea para entender lo que sientes por mí; explícame con señales aquello que no dices con palabras, aquello que prefieres callar, por falta de contundencia.

Sugiéreme un método para enamorarte.  Quiero lograrlo; en realidad me gustaría que te enamoraras de mí, para hacerte feliz.


Desconozco con precisión si soy un idiota o si soy muy romántico.

Pienso que soy las dos cosas ante los ojos de algunos.  Según su estado de ánimo.

Quiero decir que amo a Dios con toda mi alma.  Y que él es lo más importante para mí.  Sé que este no es un espacio religioso y que la mayoría de personas espera encontrar ideas sobre qué decirle a alguien o sentirse identificados o identificadas con algo que escribí.  Quizás una historia bonita, o simplemente enterarse de cómo va mi historia. Pero debo declarar confesamente que si no fuera por Dios, nada de esto existiría.  

Y en medio de eso, mi vida sólo tiene sentido cuando busco la dirección espiritual de mi vida.  Cuando la parte espiritual la pongo en práctica.  Ser espiritual no es acudir a Iglesias los domingos o escuchar misas; ser espiritual es vivir de esa forma.  Y considero esta práctica de escribir un hecho muy espiritual, para mí por supuesto.

Para el que es abogado, defender bien a su cliente es un tema espiritual, porque debe hacer con excelencia aquello para lo que fue puesto en esta tierra.  Para el médico, servir debe ser algo eminentemente espiritual también.


Para mí es escribir.  

Y en medio de este asunto espiritual de escribir, confieso que hay una mujer.  Una mujer que amo mucho.  Y cuando ella me dice que no me rinda "si considero que ella vale la pena" no sé qué pensar.  Cuando alguien te dice eso, quizás quiere decir que en medio de su absoluta confusión, hay una esperanza para ti.  O de pronto sólo está diciéndote un rotundo "no", pero de forma amable.

Y he descubierto que amar a alguien no es tener que verle todo el día, no es besarse o tener relaciones sexuales.  Amar tampoco es hablarle a cada rato, llamarle como si no tuvieras vida.  La idea de "romántico" es aquel que ama y sufre, que no piensa, que deja de vivir para que otra persona ocupe su pensamiento.  Y aunque suena bien, mis queridos, el amor trasciende eso.

O sea.  Tú no necesitas "acosar" a otra persona para amarle.  Esa desesperación, esa angustia que se siente en el estómago por la otra persona, SON EMOCIONES.  Y te cuento, que LAS EMOCIONES son sentimientos, sensaciones cortas, NO DURARÁN SIEMPRE, esto es científicamente comprobado.


Amar es respetar a alguien.  Respetar que no te ama, incluso.

Es respetar que aunque te ame con tanta intensidad como tú, tiene una vida individual, tiene "su espacio".

Amar también implica comprender que no todos amamos de la misma forma.  Unos amamos escribiendo una carta, pero no pretendas que porque le escribiste un poema, él o ella te devuelva uno; quizás no sabe ni escribir bien.  Pero tal vez puede darte un regalo.  Quizás tú demuestras tu amor con bellas palabras y la otra persona con abrazos.  Tal vez nada de eso tiene sentido para ti y la única forma de demostrar amor es evidenciándolo con actos de servicio.  Quizás para ti amor es acción pura.

Todos amamos diferente.  No encajones al amor.  Si tu chico no te escribe una carta, no es que no sea romántico, simplemente es diferente.

Este es el punto: busca a alguien que hable tu mismo lenguaje del amor.  Si a ti te gusta leer, busca quién te escriba.  Si te gusta que te demuestren afecto con abrazos, busca a alguien que esté dispuesto a mostrar su afecto de esa forma (hay quienes no les gusta, no están acostumbrados, tal vez por un asunto cultural o familiar).


En medio de mi vida espiritual, encontré el amor.  Y en medio del amor.  Amo a una mujer.  Así, a mi manera.  Y no le pido que me ame como yo, porque quizás no es su estilo.  Sólo le pido, a penas, que deje que la ame.  




Ya dice una canción vieja:

Aquí, todo sigue igual que antes...estoy solo como nunca, por eso escribo la presente y no pretendo que hagas nada, sólo quería asegurarme que supieras que AÚN TE AMO...

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