martes, 20 de julio de 2010

Noche a noche

Esta noche siento mi corazón hinchado.

Desde el domingo he buscado momentos para apagar todo y encender la música. Dedicarme a un momento espiritual con Dios mismo.

Hoy me siento elevado, en otra atmósfera.

Noche a noche en mi cama, suelo hacer un recorrido mental de qué pasó ese día, de qué y cómo haré cada cosa al día siguiente. Después de eso, sonrío, le agradezco a Dios por ser como es conmigo, de la forma tan creativa en que ha llevado mi vida y le pido que si le es posible, me ayude a conquistar un corazón, el tuyo.

A la verdad, siempre termino concluyendo que la bondad de ese ser supremo ha sido inmensa conmigo. Hoy escribo bajo la influencia de un sentimiento sobre natural.

El amor de mi vida. No es superable ni comparable.



Por cierto. Me fascina tu sonrisa. Tal vez porque hace muchos años te pregunté qué era lo más bonito que podías ofrecer y me dijiste "no sé..., nombre, no sé. Eh...bueno, tal vez mi sonrisa, digo yo...". Esa inseguridad que es tu costumbre, tal vez sólo para expresarlo, porque tienes certeza en lo que haces.

Esa incapacidad de "sentir", que le llamas y que yo sé qué es.

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