A veces lloro. Y a veces también río. A veces extraño. Y a veces también odio. A veces no sé quién soy. A veces no entiendo ni qué hago. Pero eso sólo pasa a veces. Esas veces en que me encuentro, me descubro, me conozco mejor, me desaparezco, me inclino. Esos raros momentos en que dejo de ser quien era y desconozco lo que está sucediendo.
A veces he creído que soy insensible y a veces razono que en realidad siento demasiado, siento todo, de todo, padezco de ser excesivamente sentimental, mis sentidos se afinan, se agudizan y pasan a percibir hasta lo que no se ve ni se entiende. Esas cosas que no tienen nombre, que sólo suceden y se sienten. Punto.
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