lunes, 7 de julio de 2008

Pequeña crónica

Él tenía varios días de desear un beso de su boca. Ella tenía el mismo tiempo de estar indecisa entre lo que quería hacer y lo que debía hacer.
Él sólo quería saber a qué sabían sus besos, expresarle su amor con los labios. Ella tenía una lucha moral entre lo que es bueno y lo que es malo. Pero quería besarlo, para que quedara claro que sólo existía él y nada más en su vida.

Él tenía conciencia que al besarla, terminaría una etapa y empezaría otra. Ella, le daba miedo lo mismo.

Sólo con un beso.

Verdaderamente el amor es un estado espiritual. Ella entregaba todo y sólo pedía que él la amara. Ella amaba su locura, lograba dominarlo con una sonrisa.

Cuando llegó el momento indicado, ella se acercó a él de más. El chico se sintió nervioso, ella también. pero tomó las riendas. Él sentía su aliento a unos escasos centímetros de su boca. Vio sus ojos, gritaban algo. Estaba muy emocionado, esperando que ella decidiera acercarse lentamente hasta juntar sus labios. Como de esas cosas inusuales, ella tomó las riendas, aunque era el papel que él debía jugar por ser hombre. Estaba hipnotizado. Sus ojos, Santo Dios, sus ojos. Irradiaban algo. Era pasión, era locura, era ternura, era AMOR.

Él quería decirle "déjate amar". Ella quería escucharlo, pero bastó verse en silencio y acercarse. Él sintió algo en el estómago, recordó de momento todas las veces que se enamoró, pero no se enamoraron de él. Sintió que algo distinto estaba pasando. Ella no sabía qué hacía, pero tenía el control del momento. Ella daba órdenes y él cumplía.

Se abrazaron y rozaron sus almas. Se acariciaron y sin hablar mucho abrieron sus corazones.

Ahora sólo era tiempo de esperar, para saber si era suficiente. En algunos días volverían a encontrarse.

Él había decidido hacerle poesías. Ella tenía un poco de temor, pero estaba dispuesta a todo: lo amaba demasiado.

Ella estaba debatiéndose entre darle rienda suelta a sus sentimientos o guardarlos, como otras veces. Por alguna rara razón, sabía, sentía, creía que esta vez era diferente, la definitva.

Vivían distantes, a varias decenas de kilómetros. Parecía ilógico. Ella era reservada, pero cuando estaba con él, hacía cosas distintas. Ella jamás abrazaría a un chico, pero a él lo tomaba de su mano, lo abrazaba y le decía que lo amaba.

Hacía cosas diferentes. El corazón de la chica estaba pensando, entrando en una etapa decisiva, no sabría qué hacer ahora. Estaban demasiado involucrados.


Él, respiraba el amor de ella...aunque muriera tendría certeza en su alma.

Ella, casi lloraba por lo que estaba viviendo, nunca pensó que alguien le tendría preparado algo así, que la espera habría sido para eso. Amaba desgarradoramente al chico.

SE TRATA DE AMOR DE VERDAD. AMOR REAL, DEL BUENO.

OTRA VEZ: SE ABRAZARON, ROZARON SUS ALMAS, CONECTARON SUS CORAZONES, SE AMARON DISTINTO Y BONITO.


TE AMO.

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