jueves, 10 de abril de 2008

Las confusiones del alma y las revoluciones de sentimientos son indudablemente complicadas. No sabes qué sientes o tienes un dilema de dos amores. Es complicado tomar decisiones, aunque en el fondo sabes que te estás equivocando manteniendo esa inconsistencia.
A veces creemos que nuestros sentimientos, lo que nuestro corazón dice no conviene a los demás, y el amor nos hace retenernos. Es complicado amar y que eso mismo provoque no hacerlo.
A veces la conciencia que nuestro amor no bendice a otra persona afecta nuestro diario vivir.
Aseguras que amar a alguien más, no le bendice.
Refrenas todo, con tal de ver su felicidad.
En fin.
Ah..., bueno, amar la vida es lo más importante, entender que tenemos un plan y un propósito divino, que no tiene mucho que ver precisamente con lo que nosotros sentimos o dejamos de sentir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario