Hay cosas que no importan. ¿Cuántas veces hemos discutido por cosas que no importan?
Las pasiones, los amores, los desamores, los sueños, las virtudes. Hay cosas que importan y hay cosas que no importan.
¿Qué es lo más importante en esta vida?, probablemente conseguir los sueños, descubrir las pasiones y talentos, enfrentarnos a nuestros miedos, amar a alguien con obsesión sana e inteligente, pero con amor verdadero.
¿Te ha tocado aceptar que es más fácil recordar a alguien que intentar olvidarle?, seguramente sí.
No importa cuánto dinero ganes.
No importa cuántos amigos tengas.
No importa cuántas casas tengas.
No importa cuántas cuentas bancarias abras.
No importa cómo te llamas.
No importa quién eres.
No importa qué haces.
No importa si vives.
No importa si mueres.
El mundo sigue dando vueltas contigo o sin tí. A nadie le afecta que tengas casas más que a tí mismo, pero cuando mueras, todo se queda y nada más.
Sí importa cómo ganes el dinero.
Sí importa por qué y para qué abres cuentas bancarias.
Sí importa quién vive en tu casa.
Sí importa si tu nombre es importante.
Sí importa cuánto has servido a los demás.
Sí importa lo que dejas después de vivir.
Las cosas que no importan son las que se ven. Las cosas que sí importan, son las que no se ven, pero
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