domingo, 16 de diciembre de 2007

Otra vez, del amor

Todos nacimos de una relación sexual entre un hombre y una mujer. Desafortunadamente no todos nacieron por el fruto del amor. Pero hoy no tengo interés alguno en hablar al respecto, aunque sí es importante.
Constantemente (entiéndase bien y claramente como "más de una vez y más de una persona") me han dicho que soy una persona engreída, que inventa más de lo que vive. Tengo la conciencia clara que lo más importante de un sueño, de un invento propio es trabajar para hacerlo realidad. Creo firmemente que no podemos dar lo que no tenemos. Creo que del amor no soy experto, porque sería querer burlarme de ese algo cósmico que hace un no sé qué de qué sé yo.
He entendido algunas cosas al respecto: que se trata de dar, pero sobre todo, se trata de dar lo que sí tengo. Jesús dijo "ama a tu prójimo, pero COMO A TÍ MISMO". No es una hazaña mía, por eso dije "he entendido algunas cosas".
Es egoísta, tonto y ridículo pensar que el amor es en función de recibir, ANTES que de dar. Otra vez, para amar a alguien, hay que amarnos a nosotros mismos y eso implica NO DAR NUESTRO AMOR A QUIEN NO LO MERECE.
Entiéndase bien. Creo que el amor es dar, pero dar inteligentemente. Es decir, no le voy a dar a alguien que no merece, pero amar es pensar en dar, antes que en recibir.
La gente tonta, cree que para que el amor sea perfecto los tienen que amar, y NO ES CIERTO. Si tú amas a quien debes hacerlo, no precisa que la otra persona lo haga, porque sencillamente amor amor es dar y no recibir.
Ahora, ¿cómo sabes quién lo merece?, hace falta poca inteligencia para saberlo, para sentirlo. Nos vamos a equivocar, y entonces vamos a aprender.

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