jueves, 6 de octubre de 2011

Relatito

El chico había encontrado dos cosas fabulosas en la chica: podían conversar por horas sin aburrirse el uno del otro y podían hacer el amor varias veces por noche, sin aburrirse, sin cansarse, viéndose a los ojos, abrazados.

Ambos parecían deleitarse en el cuerpo del otro.  Ambos estaban felices de conversar sobre todo.  Mientras él entraba en ella platicaban sobre aquellas cosas que prefería al momento de la relación sexual.  Pero las pláticas eran cómodas, sobre cualquier cosa.  Eran amantes, perfectos sin duda alguna.

Y esa relación fue perfecta el resto del tiempo.  Fueron felices para siempre (no se sabe aún si junto o cada quién por su lado pues nadie los volvió a ver).

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