sábado, 24 de septiembre de 2011

De las decisiones, de la muerte, de la vida

Hay decisiones que debemos tomar, a raíz de otras decisiones que tomamos anteriormente.

Si cada día pensamos que ése puede ser el último, habrá un día en el que no no equivoquemos finalmente.

A veces cuesta decidir porque los seres humanos nos arraigamos a la comodidad, a sentirse bien (en cualesquiera de los sentidos que ello implique) y perdemos de vista lo corta que es la vida.

Se nos va el tiempo pensando en nuestra próxima meta, sin darnos cuenta de que todo es como cuando construimos castillos en la arena, llegado el ocaso del día (de nuestras vidas), el mar llegará y se llevará consigo TODO.  Sería necio pensar que un castillo de arena permanecerá todo ahí.

ABSOLUTAMENTE CUALQUIER COSA QUE HAYAS HECHO EN ESTA VIDA QUEDARÁ SIN SENTIDO AL MORIR.  No digo que haya que vivir deprimido, sin sueños y sin anhelos. Digo que aquellas alegrías, sueños y anhelos deben tener un propósito que trascienda aún más allá de lo que vuestros ojos ven.

Hay que decidir con la conciencia de que éste día puede ser el último.  Aquellas cosas que harás o que hiciste hoy, son las que quisiste haber hecho el último día de tu vida? o hay algo que quisieras hacer antes de morir?

Dios es real.  No tengo dudas.

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