martes, 26 de julio de 2011

De todo un poco

La vida es hermosa.  De eso estoy cada vez más seguro.

Nosotros mismos a veces complicamos la cosa con decisiones equivocadas, dejándonos llevar por lo que sentimos y no por lo que pensamos.  A veces la desesperación nos gana, pensamos que "sino es ahora, no será nunca" y no es cierto.  Verdaderamente la vida es cortísima, no viviremos ni cien años.  Pon atención: TUS DÍAS SOBRE ESTA TIERRA ESTÁN CONTADOS, PRONTO MORIRÁS.

No sabemos cuándo, pero sí sabemos que sucederá.  Moriremos, indefectiblemente, no hay algo que se pueda hacer al respecto.

Y yo me pregunto, si todos moriremos, ¿por qué buscando aquello que se nos dijo que era "felicidad", sólo nos encontramos con todo lo contrario?  Es decir, algunos en nombre de "ser felices" se equivocaron y estudiaron la carrera que no debían (por estudiar con su amiga del alma), tuvieron un hijo (en el momento que no era adecuado y con quién no debían), viajaron a un país donde están solos y no se sienten bien.  El bombero quería ser abogado, el médico quiso ser deportista, el periodista soñaba con ser presidente y el presidente sólo pensó en ser carpintero.  Todos haciendo aquello que alguien les dijo que hicieran.

Hay de los que están sin identidad.  No saben nada.  Cualquier cosa les sienta bien.  Se visten a la moda de París o Milán (aunque vivan en Guatemala o en México), se sienten mejor por vestirse "como quieren" cuando en realidad sólo responden a un estímulo mercadológico y son parte del montón de personas que con el afán de "ser diferentes" son todos iguales.  Personas que escuchan la música que dicen que es adecuada y no aquella que en verdad sienten.  Hoy tenemos un montón de gente que camina por los lugares de moda, visita los centros comerciales donde los idiotas caminan de un lado a otro, ya ni ven las vitrinas porque ya saben que hay, solamente se distraen en esos sitios donde las cámaras juzgan su comportamiento para que los expertos en marketing preparen la próxima estrategia que "arrasará" con el mercado, con la masa.  Esa masa que compra a diestra y siniestra aquello que no necesita y que sino le alcanza para pagarlo obtiene un crédito mediante una tarjeta de crédito o a través de cualquier banco del sistema.  Hoy te regalan las tarjetas y las facilidades "en minutos" para prestarte dinero con intereses altos que sólo hipotecan tu salario (escaso de por sí) y te hacen conseguir lo que no necesitas, pero que ellos te hacen creer que es una necesidad.

Y no digo que no se haga.  Cada quién tiene la "libertad" de consumir lo que quiera.  Sólo digo que mientras se compran el vestido de moda, dejan de ir al médico.  Caminan con las botas más ardientes de la temporada, pero bien saben que deberían ir al dentista.  De eso se trata.  Se trata de que el pobre, sigue siendo pobre y el rico, aumenta su capital, a costillas del trabajador.  Al trabajador sólo se le engaña haciéndole "sentir" que puede adquirir algunas cosas, porque "si trabaja más, ganará más" y entonces obtendrá aquello que no necesita, pero que se muere por tener.

El amor se ausenta.  Las personas son posesiones.  Las mujeres cada vez más desean hombres perfectos, "dignos de ellas" y al no encontrarlos, simplemente se ausentan de lo que sienten y de lo que son.  Los hombres son prototipos extraños que visten ridículamente, con pantalones ajustados cada vez más abajo de la cintura, quizás porque a alguien se le ocurrió.  Parece que se sienten exclusivos de vestir como LA GRAN MAYORÍA DEL VULGO se viste.

El romántico no tiene cabida.  Se necesitan personas que compartan los ideales del otro, que continuamente son consumir, placer, consumir, placer, consumir, consumir, consumir.  Los paisajes, simplemente observarlos dejaron de tener sentido; la buena música o el buen teatro fue reemplazado por la novedosa estupidez que Hollywoood presenta bajo modelos prefabricados de cine, donde todos sabemos desde el principio que pasará, pero fingimos que la trama nos distraerá un poco.  Las personas van al cine a gastar grandes cantidades de dinero por cosas que no los dejan satisfecho porque en nada motiva a la masa gris.  Por supuesto, ese es el objetivo: que las personas piensen menos.  Que no cuestionen, que trabajen en algo que no les gusta de lunes a viernes y que el fin de semana se sientan satisfechos y felices pues tienen dinero para comprar, consumir y gastar en aquello que les han dicho.  Se nos está privando de conocer las montañas, los mares, los lagos, los volcanes, aquellas cosas que originalmente eran para distraernos de la realidad odiosa de la que nos rodeamos.

Habemos quienes estamos en contra de todo ese mundo sistémico a favor del gran capital pero que parecemos raros, insatisfechos e infelices.  De cierto les digo que no hay persona más feliz que la que sabe por qué hace cada cosa en la vida.  Tontos aquellos que desconocen por qué actúan y sólo responden a estímulos, cual si fuera un animal que no piensa ni razona.

La vida es hermosa.  El amor, la salud, viajar, consumir (por qué no?) y todos esos placeres. Sólo animo a que el pensamiento crítico, el sentido social y el razonamiento analítico sean parte de nuestra vida.  Les animo a que la estupidez, la sencillez, la vagancia y consumir aquello que no se necesita ya no formen parte de sus vidas.

Viajen más, respiren más aire puro.  Escalen montañas, viajen en botes a islas vírgenes, acaricien animales en granjas, consuman comida orgánica, sueñen alto y mejor.

Esta vida no me deja en paz.  Me enamoré de todos los días.

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