jueves, 2 de junio de 2011

Sexo

El sexo mueve al mundo, no me cabe duda.

Todos nacemos de una relación sexual.  Las personas pasan preocupadas por su pareja y el punto máximo de la expresión relacional, es amarse con el cuerpo.

Después de casados, viene el tema de procurar ser fieles, el sexo con alguien que no es la pareja es tentador y otra vez la vuelta se repite con los hijos.

Veo en la calle dos personas que se besan despiadadamente, como empezando el proceso de hacerse uno solo.  No veo amor, sólo sexo.

Escucho cuando hablan por teléfono con su pareja, se dicen cosas subidas de tono.  Escucho sexo, poco amor escondido de lo que se quiere obtener.

Los tipos hablan por todos lados del sexo que tuvieron o que quieren tener con una mujer.

Las mujeres guardan celosamente ese día que entregaron su corazón, y su cuerpo como un plus.

He querido descubrir, comprender la razón que motiva a algunos hombres a ser como son.  Entre más protuberante sea el cuerpo de la mujer, más vulgares son los pensamientos del hombre. NO encuentro relación entre tallas grandes y relaciones sexuales satisfactorias.  Se trata de una expresión máxima de amor, de una decisión de entregarse.

El lado espiritual del sexo es sublime y no tiene relación con la actividad física, sino con la mente y el corazón que ahí se ponen.

El ejercicio sólo porque sí, es rico, y más para los hombres que somos "fáciles" en ese aspecto.  Pero lo espiritual del sexo va más allá de ello.

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