jueves, 30 de junio de 2011

De la libertad en el amor

Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.  Yo digo que no es del todo cierto.

Pienso que uno sabe lo que tiene pero le da miedo tomarlo porque no se siente a la altura de las circunstancias.  Y pienso que a veces uno no toma algo por fantasmas del pasado, pero pocas veces es por desconocimiento de lo bueno que esa cosa es.

Yo aprecio la libertad en las relaciones.  Nadie es de nadie porque nadie posee a nadie.  Y hablo de libertad bien consciente de que eso no es huirle al compromiso o dejar de ser responsable.

Digo eso porque recientemente "conversaba" (aún no defino si las interacciones por internet son conversaciones, pláticas o qué, pero definitivamente es comunicación) con alguien y me mencionaba de sus celos por alguien; celos sin fundamento y escondidos detrás de una amistad.  Ella en realidad está enamorada de él, y bajo la excusa de que "somos amigos" uno no se aleja definitivamente de ese ser.

Y constantemente yo le digo que le haga saber al tipo que ella lo ama.  Se excusa diciendo que eso no le servirá de algo, pero yo pienso que cuando uno aprecia a alguien, como sea, debe decírselo.  Me declaro bastante frío y tosco; pero he aprendido a expresar mis sentimientos y a decirle a las personas aquella cosa que siento.

Me fascina hacerle saber a alguien cuando despierto pensando en ella, cuando deseo que ese día sea exquisito en sus actividades.  Me gusta repetirle que su compañía me agrada, que físicamente me resulta interesante, visualmente agradable o que sencillamente me gusta (son distintos grados y tipos de atracción, según yo) y lo disfruto.  NO lo hago porque a cambio me deba responder algo igual o qué sé yo, simplemente he aprendido que mientras tengamos a las personas debemos decirle con honestidad aquella cosa que nos hace pensar al estar frente a nosotros, sin máscaras ni estrategias.  No necesito que se haya ido para conocer lo importante que era.

Y ésta amiga me pedía que le dijera algo que la reconfortara, pero no tenía palabras.  Es decir, qué puedo decir? justificarla? claro que no sería adecuado.  Debo juzgar la situación y darle mi opinión, pues me la ha pedido.  Y a mi parecer el amor debe ser libre, no premeditado ni con intereses particulares.

Yo he sido frecuentemente lastimado por ser así.  Hoy leía un cuaderno en el que escribí en el 2007 y en pocas líneas mencionaba que tenía miedo de amar puesto que hay personas que lo hieren a uno.  Y, mis querid@, no se trata de que a mí me gusta alguien, me atrae y quiero que sea MI pareja romántica.  Yo soy así, a veces me duele cuando me tratan ásperamente.  No pido que me traten como yo, porque eso sería querer hacer a las personas a mi antojo, sería querer cambiarlas a ser algo que sencillamente no son en vez de disfrutar aquellas virtudes que sí tienen; sólo que a veces pido que seamos más humanos.

Y tristemente debo decir que a veces las chicas se equivocan, piensan que yo gusto de ellas solamente porque les presto atención y quiero ayudarles, cuidar su corazón y bendecir sus vidas.  Y por eso sacan sus estrategias femeninas y redoblan la guardia y el escudo de seguridad contra mí, y eso duele, afecta. Afecta porque con quienes tuvieron que hacer eso, no lo hicieron; y ahora con quienes deberían dejarse ayudar, nos hieren.

Pero no me estoy quejando, nomás les digo que la libertad en el amor es disfrutar cada segundo, mientras sea posible.  Porque en realidad uno no sabe lo que traerá el mañana; pueda que uno odie al otro día, que despierte sin ganas o que simplemente la cosa no se dé, pero disfrutar del amor un día a la vez, es exquisito.


Ah cosa tan maravillosa esta!


Gracias a Dios por las mujeres, son el condimento especial de la vida; son la melodía de la música; la rima del poema.  Cuiden su corazón, pero cuídenlo de ustedes mismas, de no encajonarlo.  Eso es como si un enfermo esperara a estar sano para ir al médico o comprar la medicina, qué tontería.


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