miércoles, 2 de marzo de 2011

Otra historieta

Esta es la historia de una chica, bonita ella, que conoció a un tipo que, como a todos, lo sedujo y que luego dejaría ir.  Claro, no era algo que lo pensaba maquiavélicamente, sino que era algo que simplemente ya era innato en ella, sin darse cuenta, sin malas intenciones.

Ella lo conoció casualmente; él iba cruzando la calle, ella paseaba a su perro, él a su perra. A él le gustó, fue inevitable que se acercara a hablarle.  Cruzaron palabras; ella regresó extrañada a contarle a su familia sobre el hecho raro, desde entonces ellos jugueteaban con la chica en cuestión sobre la casualidad, la cosa rara de la vida.

El tema es que ella sabía, muy en su interior, que físicamente él no respondía a sus expectativas, y mucho menos, a lo que socialmente sería aceptado.  Ella ciertamente era bonita, pero padecía de pensar mucho en lo que otros pensaran.  Le daba demasiado lugar a la opinión masiva y con frecuencia se avergonzaba de sus pretendientes.
Al final, ella descubrió que tenía ojos para todos y también para él.  Le llegó un ataque de buena conciencia, lo botó como a todos, y regresó con aquel que consiguió verdaderamente conquistarla, enternecerla, hacer y decir cosas que jamás pensó que haría o diría, pero que alejó.

Ella la conocí hace poco más de un año; y murió hace algunos meses.

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